Te encontré sin buscarte

Capítulo 80

Narra Julieta

En cuanto los primeros rayos de luz se hicieron presentes, decidí correr al hospital para ver como seguía mi hermana.

Al llegar me encontré con una grata sorpresa, los chicos se encontraban reunidos en la habitación de lo más felices y los doctores abandonan la habitación en cuanto yo ingreso.

Pauly había despertado y nadie me había avisado.

Pauly: ¿Qué hace ella aquí?

Las sonrisas cesaron y todos voltearon a mirarme con cierta indiferencia.

Julián: Creo que mejor nos retiramos.

Julián toma a su novia por la cintura y juntos salen de la habitación seguidos de Sebas y Agus, Cande y Javier, Luan y Cami y Gonza.

Pauly: Quiero que me expliquen que hace ella aquí.

Marian: Hay algo que tienes que escuchar.

Pauly: ¿Qué? ¡No!

Julieta: ¿Por qué no me avisaste?

Marian: Lo siento, se me pasó por alto.

Pauly: Espera, ya entiendo... Ustedes están juntos.

Marian: ¿Qué cosas decís? ¡Claro que no!

Julieta: No, no estamos saliendo. Lo que tengo que decirte es más importante que eso y realmente te puedo cambiar la vida.

Pauly: Lo dudo.

Julieta: Pauly, somos hermanas.

Pauly abre los ojos como platos bastante sorprendida con la noticia antes de soltar una carcajada.

Pauly: Eso no es cierto.

Julieta: Mariano, dile.

Marian: Pauly, no está mintiendo, ustedes son hermanas.

Pauly: ¿Pero como es eso posible?

Julieta: Puedo explicarte pero, a solas.

Pauly le pide a Mariano que nos deje solas en la habitación para poder platicar, al principio este duda un poco pero termina cediendo.

Pauly: Explicate, ¿como es eso posible?

Julieta: Kathya y papá se conocían, ella estaba enamorada de él como no tienes idea pero, vos sabés, que papá no tenía ojos para nadie más que no sea mamá. Tanta era la obsesión de Kathya que como no podía tenerlo decidió atropellarlo y murió, y no bastandole eso, para hacer la vida de nuestra madre miserable, decidió raptar a una de sus mellizas, o sea a mí.
Fue por eso que ella siempre me obligaba a hacerte la vida imposible de una u otra manera para indirectamente herir a tu mamá y creeme que de haber sabido esto antes, jamás lo hubiera hecho y yo estoy tan arrepentida. De verdad, Pauly, lo siento muchísimo. Creeme que cuando te vi siendo embestida por el auto, me aterre por completo...

Pauly: Espera... ¿Vos estuviste allí?

Julieta: Si, iba a tu casa a contarte toda la verdad y a disculparme contigo en cuanto eso pasó.

Pauly: Entonces, vos sabes quien fue el responsable de esto.

Julieta: Si...

Pauly: ¿quién lo hizo?

Julieta: Fue Kathya, reconocí su placa y yo ya declaré con la policía. La van a investigar.

Pauly: ¿También les contaste sobre el asesinato de mi padre?

Julieta: Si, lo hice. Pauly, de verdad, perdóname. He sido una persona horrible con vos y...

Pauly: Gracias.

Julieta: ¿Qué?

Pauly: Gracias, por declarar y por dar aviso. Mariano me contó eso.

Julieta: Era lo menos que podía hacer.

Pauly: Te perdono.

Julieta: ¿Es en-enserio?

Pauly: Con todo esto me pude dar cuenta que la vida se nos puede ir de la nada y que debemos aprovechar cada segundo. Se me está dando una nueva oportunidad y yo no quiero desperdiciarla con rencores. Además, siempre quise tener una hermana.

Julieta: Gracias Pauly, sos una gran persona.

Pauly: Ven aquí.

Ella me extiende los brazos y con mucho cuidado me acerco para poder abrazarla y no puedo contener unas lágrimas que resbalan por mis mejillas.

Julieta: Voy a llamar a los chicos.

Pauly: Me parece bien, cuando salga de aquí hablaremos con nuestra madre.

Julieta: Eso suena maravilloso.

Salgo un momento, no sin antes secar mis lágrimas para avisarle a los chicos que pueden volver a entrar.
Vicks que fue la que más comprensiva se portó conmigo se acercó a darme un abrazo.

Vicky: ¡Hey! Tranquila, vendrán cosas buenas para las dos y podrás disfrutar de tener una familia.

Julieta: Gracias.

La ecuatoriana vuelve con su novio e ingresan para seguir poniéndose al día con su amiga Paulina, al igual que el resto de los chicos.

Marian: Me alegra mucho que hayas cambiado, de verdad.

Julieta: A mi también.

Julieta: Ven, ya eres parte de nuestra pequeña familia.