Es difícil pensar con claridad cuando te falta el aire, no lo había notado hasta ahora.
La presión de mis pulmones se hace más fuerte entre más comprensión encuentro en tus palabras, tan frías como el hielo y afiladas como un cuchillo.
Que fue lo que sucedío? En qué me equivoque? Cuál fue el pecado irreparable que cometí?
Aún tengo en mi mente las palabras de amor que me diste, tan frescas y claras como el agua de un río, aún siento mi piel estremecerse por las caricias que me diste, y sin embargo ahora que te veo frente a mi siento que ahí un acantilado profundo entre nosotros que te hace inalcanzable.
Thum thum, thum thum...
Siento el palpitar de mi corazón en mis oídos de forma tan dolorosamente clara y una precion increiblemente incómoda detrás de mis ojos.
Tomo una bocanada profunda y el aroma del bosque entra en mi sistema tan limpio y nostálgico , pero de alguna manera siento que no es suficiente. Los sonidos del bosque nos rodean como una bienvenida.
Que ambiente tan incorrecto para la situación.
Por breves segundo creo ver arrepentimiento en tus ojos pero se esfuma tan rápido creo a verlo alucinado, y sin otra palabra das media vuelta y caminas.
Quiero detenerte, pedirte que no te vallas, que no dejes de amarme, pero las palabras se atoran en mi garganta.Y entonces el dolor se va.
La soledad que me rodea, los sonidos del bosque me tranquilizan, la luna me da consuelo y refugio. La precion en mis hombros que no sabía que tenía desaparece dejándome con una eufórica sensación de libertad. Y lloro, por ese amor perdido, por los preciosos recuerdo que me dio, por la incertidumbre de un futuro sin el, por el alivio pesado que cae en mi corazón.
Eso es a lo que temía tanto, no ser capaz de vivir sin el, y en cuanto enfrentó esa realización mis pulmones se regocijan con el dulce aire limpio y puro del lugar que siempre fue nuestro santuario, mi santuario.