Lo vi, ahí parado, sonrisa colgate y angelical. Sus labios rosas y finos. Pelo hermoso y sedoso. Cara delicada y piel bronceada. Todo de el, todo me encanta. Su voz ronca y fria. Era el, hablando con ella, y ella no era yo. Desee por ese momento ser ella, y lo puede haber sido. Pero se fue se me fue, lo dejé ser porque el nunca se enamoraría de alguien como yo.