Siempre me gustaron las mañanas. Las personas usualmente utilizaban las altas horas de noche para pensar en sus vidas, los errores que cometían y las palabras que debieron de haber dicho en aquella discusión, yo no, usualmente aprovechaba los primeros rayos de luz para poner en cuestión toda mi vida, era aterrador lo que mis pensamientos solían ofrecerme, pero después de todo, no dejaba de ser mi cabeza intentándome hacer pasar un mal rato.
Mi vista se centra en los cabellos rubios que reposan sobre mi brazo, Seung-wan está en completo silencio y asumo que aún no es su hora de despertar. Me tomo el tiempo necesario para analizar sus facciones, son delicadas, finas y sin algún rastro de alguna imperfección, Wendy podría considerarse como una chica verdaderamente perfecta, sin embargo, aquellos términos se me hacen algo estúpidos y por esas razones me niego a utilizarlos. El dorso de mi mano acaricia su mejilla con cuidado y recibo como respuesta una mueca de su parte.
—Deja dormir, WooJin—bufó, apartando mi mano de su mejilla. Wendy solía ser más tierna cuando comenzamos la relación, pero con cuatro años de relación se puede volver muy tedioso y creo que estas eran las primeras señales.
Con cuidado aparto mi brazo y mi mano de su cintura para poder tomar una ducha y mientras lavo mis dientes, responder los mensajes de mi madre, la mañana era aburrida, más de lo común.
Caminaba lentamente en dirección al instituto, concentrándome en mis asuntos (como es de costumbre) hasta que algo captó mi atención. Bang Chan estaba siendo golpeado por tres chicos; dos de ellos los había visto en el instituto pero el tercero era un completo desconocido. Intente pasar lo más desapercibido, realmente no quería tener algún tipo de problema pero me fue inútil.
—Oye, WooJin, Acércate—llamó Park Seonghwa
Baje la mirada hacia mis zapatos temerosamente—Y-yo no vi nada—Murmuré.
—Me agrada—Kim Hongjoong tomo la palabra por un momento. Este insertó una patada directo al estómago del pelirrojo, haciendo que soltara un gruñido de dolor—Déjalo, no dirá nada.
—Bien. Continúa con tu camino, pequeño—Canturrió Seonghwa con una sonrisa burlona en su rostro.
Asentí con la cabeza y seguí caminando hacia el instituto, me sentía algo incomodo por la situación, pero Bang Chan no necesitaba mi ayuda, siempre se negaba ante todos y yo no era algún adivino para entender lo que sucedía.
Mis piernas se movían de un lado a otro tratando de aclarar mi mente. Llevaba ya, dos días seguidos pensando en Bang Chan y lo de esta mañana no ayudaba mucho. Esto tenía que acabar, tenía que dejar de pensar en él, quiero decir, era extraño y como mencione antes, ni siquiera éramos cercanos como para que me preocupara. Lo enfrentaría, específicamente, al problema en mi cabeza, no entraría a ninguna clase hasta hablar con Bang, era lo más saludable y esperaba no morir en el intento.
Ya habían pasado más de tres horas y solo era cuestión de minutos para que la campana sonara. Recargue mi cuerpo en el casillero y resbale lentamente hacia el suelo; deje mi mochila a un lado para poder sacar mi móvil. Tenía un mensaje de Wendy.
¿Dónde te has metido, Woojin?-SG.
Estoy arreglando unos asuntos, linda-W.
¿Qué clase de asuntos te toman toda la mañana?-SG.
Unos importantes. Cuando lo arregle te recompensare con algo :)-W.
Eche mi cabeza hacia atrás, irritado. Perdí toda mi mañana por esperar al idiota de Bang Chan el cual nunca apareció. Inhala... Exhala repetía mentalmente tratando de calmarme, cosa que no funcionaba.
—¡Bang Chan, idiota!—Gruñí.
—¿Es costumbre que hables de mi todo el tiempo?—Interrogó el anteriormente nombrado tomándome desprevenido. Su cabello rojo estaba completamente despeinado y las mangas de su camisa azul estaban arremangadas dejando ver algunas marcas. Mi cuerpo se estremeció cuando recordé lo de esta mañana— ¿Qué necesitas?—Preguntó indiferente.
—Yo... Eh...
—No tengo tiempo para balbuceos, Kim—Hizo una mueca. Cerró la puerta de su casillero y se giró listo para caminar.
—¡Bang Chan!
—¿Será rápido?—Bufó sin ganas.
—¿Por qué ellos...? Tú... Nunca—Murmuré entrecortado. La primera impresión que daría sería ser un idiota hablando.
—Tú no viste nada, ¿Cierto?—soltó burlón—Son cosas personales, Kim. Ocúpate de tus asuntos—Finalizó siguiendo con su camino. Estúpido Bang.
La campana se hizo presente haciendo que las personas comenzaran a salir de sus aulas. Yo seguía parado a un lado del casillero del rojizo, su figura comenzaba a desaparecer entre tanta multitud. No podía seguir huyendo de él. Tome una bocanada de aire y grité.
—¡Yo fui quien te acuso con la profesora cuando robaste mis crayolas!—grité todo lo que mis pulmones me permitieron. El pelirrojo paró en seco su caminar, las miradas se hacían presentes al igual que los murmullos—Sí, por mi culpa te perdiste el festival de navidad, pe-pero en mi defensa, tú robaste mis crayolas.
—WooJin, ¿Qué haces?—Escuché la voz de Seung-wan colarse por mis oídos.
—Te había mencionado sobre unos asuntos, ¿Cierto?
—No creí que tuviera relación con un tipo mentalmente frustrado, además ¿Crayolas?, WooJin, eso fue hace años—contestó preocupada.
—Me gustaban mucho esas crayolas, ¿Sabes?
—¿Qué quieres, Kim?—Bang gruño irritado—Ni siquiera recordaba ese acontecimiento, ya supéralo.
—Necesitamos hablar—trague grueso. El estúpido miedo había regresado.
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Ephemeral ✧ WooChan.
Fanfiction¿cómo arreglar a dos personas que se empeñan en destruirse?