Visita Inesperada

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Suena el timbre y me dirijo a la caja de altavoces en el vestibulo, preciono el botòn

-¿Hola?

-Señorita Sorensen, tiene un invitado abajo ¿Debería dejarla pasar?- Dice el asistente de seguridad.

-¿Quien? 

-Su hermana, Mia.

Internamente gimo, no es la pizza; es hora de fingir con Jac otra vez, a pesar de que a él le gusta mantener la farsa cuando no hay nadie cerca, solo para burlarse de mí.

-Hágala pasar.

Jac entra en modo correcaminos a toda velocidad, mete las botellas de licor en los armarios, vierte su bebida en una taza azul de café. A mi me entra la risa nerviosa, busco el control remoto y enciendo el televisor, están pasando una pelicula de acción; Jac se sienta en el sofá sube sus pies en la mesa de café, actuando como sí estuviera muy concentrado en la película.

-Ven aquí - Dice Jac y se palmea el regazo y sus ojos me miran con picardía.

-No estoy vestida - Respondo 

Y mi entre pierna ya late con anticipación por estar encima de él; el pensamiento electrifica mis nervios.

-Estás usando una bata - Refuta Jac. -Te he visto desnuda muchas veces.

-Cuando éramos niños - Respondo.

-Y estoy seguro de que tus senos no han crecido desde entonces.

Abro la boca para responderle.

-Oh eres un idiota.

Encuentro un cojín y empiezo a golpearlo, recibe dos buenos golpes antes de que él pase sus brazos por mi cintura y me tire en su regazo.

-Jac - Advierto 

Ha estado molestando todo el día, por lo que es mucho más difícil para mí resistirme.

Me mira profundamente, y su mano pasa mi rodillla, sube la bata y se acomoda en el interior de mi muslo, se detiene allí, sin hacer el siguiente movimiento; me estremezco debajo de su toque, necesitando que sus acciones lleguen más lejos. Sin pensarlo, coloco mi mano sobre la suya y llevo sus dedos hacia el centro de mi deseo, los empujo dentro de mí; y él se pone rígido.

        Santo Infierno

Mis dedos de los pies se curvan y descanso mi frente en su pecho, sostengo su mano sin permitirle que haga ningún movimiento sin mi permiso. Justo cuando me decido a mover sus dedos dentro y fuera suena un puto golpe en la puerta rompiendo la burbuja de deseo que se había creado.

       ¿Que estoy haciendo?

No puedo mirar a Jac a la cara, lo dejo reclamar su mano y me escapo para abrir la puerta y antes de llegar Jac me llama

-Isa -Jac duda en decir algo más.

-No hablemos de eso, solo olvida que sucedió- Digo ,mortificada.

Voy a abrir la puerta con más tensión en el cuerpo que una cuerda. Oigo los paso de Jac detrás de mí, y luego el crujir del grifo del fregadero al abrirse, miro hacia atrás y lo veo lavarse los dedos con jabón.

¿Será idiota? ¿Que se piensa ? ¿Que se le caerán los dedos por tocarme o que ?

Al girar la perilla de la puerta , inhalo tratando de limpiar mi mente; tener a Jackson como compañero de cuarto es como colgar una bolsa de cocaína enfrente de un un drogadicto. Sería fácil si me dejo llevar por el deseo, pero preferiría no convertir a Jac en mi amigo con beneficio , él significa más para mi que los otros chicos con los que me acuesto.

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