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Pisadas  rápidas se escuchaban en aquel lugar.

"El silencio es lo que debes tener a tu favor"

Sólo su respiración agitada y sus pisadas, era lo que se oía.

"Si irrumpes el silencio, se van a asustar"

Calmó su estrepitoso andar a uno suave, sin ruido alguno.

"Corre en aquel silencio"

Calmó su respiración y abrió la puerta que tenía delante.

Los pequeños cristales pegados a su piel brillaron con intensidad, avisando del peligro.

Los chirridos de los pájaros.
  Los ladridos de los perros.
    Los gritos de dolor.
      El dolor punzante en cada fibra de su piel.

"Los humanos siguen cerrados en aquella cápsula de querer ser el más fuerte"

Corrió en silencio, sintiendo dolor y tristeza, ira y desesperación.

¿Podía escapar? Quizás.
¿Tenía que escapar? Quizás.
¿Quería  escapar? Si.

Tenía miedo de ellos.

Aquel hombre sabía que escapó de su celda.
Sabía que lo estaba persiguiendo.

Su compañero ya no estaba, no podía seguir en aquella celda si quería vivir.

Corrió todo lo que sus piernas le permitían, escaló la muralla que lo separaba de su libertad.

Saltó al vacío.

Al fin.
La libertad que tanto anhelaba...
la tenía.
el aire fresco soplando en su rostro.

"Te tienen"

Su piel ardió y calló boca abajo contra el piso. lo tenían.

— ¿Te gustó tu salida, pequeño cuervo? — Sonó la voz de aquel "Hombre" — No puedo creer que quisieras escapar.

"A los pájaros les cortan las alas...  al tirano le gusta quitar alas"

Los sollozos del infante se escucharon.

— A los Crystalos nacidos no se les puede dejar en libertad ¿No es así Cero tres? — Piso con fuerza la espalda del pequeño haciendo que esté asintiera.

La respiración agitada del pequeño fue interrumpida con el sonido del arma siendo recargada.

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2021 ⏰

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