𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟎𝟏

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Todos dicen que él perdió el miedo, que ya no hay oscuridad que le produzca temor. Al ver a SooBin muchos creen que es un muchacho realmente alegre que no le tiene miedo a los monstruos que habitan debajo de la cama. Todos dicen que él es fuerte y que está listo para crecer, para enfrentarse al mundo, pero...

En realidad SooBin le teme a la oscuridad pero ya no sabe que luces prender para alejarla pues todo brillo ha desaparecido, los miedos nunca se fueron ya que se han vuelto la peor parte de sí. SooBin ya no trata de olvidarlos, pues los miedos son los únicos que siguen allí cuando las luces se apagan y ya no queda nadie.

Él solo aprendió a aguantar hasta quedarse sin oxígeno. Él sigue viviendo a pesar de no tener una muy buena razón, a pesar de estar muerto por dentro y no tener un sueño el cual perseguir.

SooBin abrió la puerta del baño saliendo de este ya vestido con una de esas largas sudaderas con las que trataba de esconderse. Su cabello no estaba seco del todo así que un par de gotas cayeron sobre la tela, pero realmente no le importó, ha mojado su ropa de otras formas peores.

Sus saladas lágrimas siempre encontraban un lugar en sus mangas cada vez que trataba de secarlas y la sangre es tan creativa que le encanta manchar todo aquello que toque. Ella solo quería seguir pintando a pesar de que SooBin ya había terminado de tallar su piel tratando de llegar a sus huesos, creyendo que allí podría encontrar algo que a los demás podría gustarle, algo que no podrían criticarle.

Pero a pesar de rasgar su piel en busca de calma, tan solo lograba comenzar a navegar en su propio mundo inundado de grandes ríos de sangre que poco a poco se cubrían de llamas hasta dejarlo hecho polvo sobre su cama, donde el monstruo que se oculta en la oscuridad sale a limpiar sus lágrimas y arroparlo deseando que algún día las noches sean más tranquilas.

Pues él es el único que parecía oír los sollozos del joven chico que todas las noches susurra plegarias incoherentes. En todas y cada una de las noches rogaba que todo su infierno por fin dejara de arder.

Él todas las noches rogaba por conocer la felicidad.

Vio a aquellas personas a las que debía llamar familia sentadas en la mesa del comedor con la merienda ya servida. Inspiró profundamente y se acercó a tomar asiento en el mismo lugar que todos los días.

Formó una pequeña sonrisa que hizo clavar las espinas del dolor sobre su piel, pero es que no podía evitar tratar de mostrarse feliz para aquel pequeño que se sentaba a su lado en una pequeña silla para bebés.

La bebé estaba muy concentrada en su peluche de apego pues nadie le había estado prestando atención — ¿Dónde está MinHyuk? — preguntó SooBin al no ver a su Hyung por ninguna parte.

Esperó unos instantes pero nadie le respondió, solo recibió una mirada de un pequeño niño con brillantes ojitos cafés — No lo sé, Hyung salió hace rato, creí que había salido a pasear con SunHee pero ella estaba aquí en la sala — respondió TaeHyun, su preciado hermanito menor.

SooBin asintió sintiéndose dolido por el comportamiento de sus padres. Lo ignoraban la gran mayoría del tiempo, sin embargo aún no había podido acostumbrarse a esto.

Todo volvió a quedar en silencio permitiendo que esos filosos pensamientos comenzaran a clavarse en su mente una vez más. SooBin sentía que había tocado fondo de todas y cada una de las maneras posibles, por más que lo intentara no podía hacer que la voz que habita en su cabeza guarde un poco de silencio.

Últimamente él sentía la necesidad de dejar caer sus lágrimas en todo momento, a veces parecía no tener motivos para llorar pero no podía evitar hacerlo cada vez que estaba solo.

𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋  ⁞  sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora