Capítulo I-Ausencia

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Se que ha pasado demasiado tiempo, pero aún no me cabe en la cabeza que ya no estes junto a mi, te extraño, más de lo que te imaginas.
Quizá todo lo que ha pasado entre los dos lo creé yo, pero, ¿acaso no sentiste nada?
Monotonía, siempre era a lo que más le temía, pero tú me lograste sacar de ella, ¿acaso no viste cuánto me esforzaba?, ¿acaso... no veías?

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Había pasado una semana que su madre le había encargado a Rin escribir unas palabras para su difunto abuelo, su madre sabía que no le agradaba, pero no le importó y le agendó esa difícil de tarea de ser dulce con un hipócrita.
¿Cuando podría adquirir valor y negarse?, no lo sabía y sentía que no sería pronto.

"Querido abuelo, es increíble que hayas muerto, todos extrañan lo arrogante que eras, ahora la casa es silenciosa y nadie lo soporta, que te vaya bien en el infierno."

Rin- No puede ser que no se me ocurra nada mejor, es solo una despedida, unas cuantas líneas para expresar condolencias.- exclamó- es muy cutre, me matarán.

Rin dejó su pluma a un lado de la nota que había escrito, la releyó una, otra y otra vez, sin embargo, no lograba convencerla. Frustrada agarró la hoja y terminó por hacerla una bola de papel.

Anon- Es difícil cuando lo haces pensando en muchas cosas a la vez.

Rin- Anon, ya te he dicho que no porque seas mi hermana puedes entrar sin más a mi habitación.- le lanza un lápiz.

Anon- No es que me alegre mucho el ver tu cuarto decorado como un pastel de niña de cinco años. No seas tan borde, mamá dice que bajamos a cenar.- le regresa el lápiz.

Cuando Anon dejó su habitación, Rin no pudo dejar de pensar en lo que ella le había dicho mientras giraba en su silla...¿borde?, ¿niña de cinco años?, pufff, ¿cuál era su problema con el rosa?

Si bien si habitación parecía un pastel de fresas con muchas chispas de colores, no era de su incumbencia ni su actitud ni sus gustos, no era su culpa que su corazón de ella fuera negro al igual que las paredes de su habitación.
Decidió bajar a cenar.

Rin- Hubiese sido mejor que a ella le tocara la carta de despedida del abuelo.-dijo mientras se llevaba un espárrago a la boca y señalaba a su hermana con el tenedor.

Kiyoteru- Es tu abuelo Rin, no te cuesta nada decir unas palabras para el.

Rin- ¡Claro que me cuesta! ¡Llevo horas pensando en algo que decir sin sonar amargada o sin sonar como que el abuelo era una mierda!

Kiyoteru- ¡Como te atreves a hablar de esa forma!- dijo golpeando fuertemente la mesa.

Anon- Ya se armó~

Rin- ¡Es lo que el era!, ¿acaso ya olvidaste lo que le hizo a mamá?

Lily- ¡CÁLLENSE!- gritó asentando una charola de cristal en la mesa- Solo me retiro unos segundos por el postre y ya están discutiendo.

Kiyoteru-  ¡Rin comenzó!

Rin- Pero no discutí sola, tienes tanta culpa como yo.

Lily- No me interesa saber quien fue, ninguno de los dos tiene derecho a postre, consentiré a Anon y dejaré que se lo coma ella sola.

Anon- ¡Eres la mejor!~

Rin y Kiyoteru- ¡No es justo!

Lily- claro que lo es, pero como veo que no es suficiente... Anon se comerá delante de ustedes su muy amado pay de limón- dijo viendo cómo su esposo y su hija comenzaban a lagrimear, pues el pay de limón que ella cocinaba era riquísimo, no por nada tenía una pastelería- comienza Anon.

Sin duda, las despedidas podían ser un poco dolorosas, más cuando se trataba de comida o del preciado pay de limón que ella cocinaba; a la mierda el abuelo y su cariño falso.

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Lily- Repite después de mi Rin, el abuelo era importante para mi, lo quería mucho- finge quitarse una lagrima- No puedo creer que haya partido.

Rin- El abuelo era un tío de mierda, nunca lo quise y siempre trató mal a mi familia, ojalá y Satan le esté picando el culo, amén.- sonrío victoriosa.

Anon- Vaya, para parecer Rosita Fresita por fuera, eres muy amargada por dentro.- dirige la mira a su mamá- Mamá, no creo que haya sido buena idea que ella de el discurso, déjamelo a mi.

Lily-  No no, Rin tiene que hacerlo bien, así quizá el abogado le de un buen pedazo de herencia.

Rin- ¿después de lo mal que nos trató crees que ese viejo nos dejó algo?- se cruzó de brazos- le dejaré el trabajo a Anon, no me gusta mentir ni hablarle a muertos de mierda.

Después de todo, Anon terminó por dirigirle unas palabras a su abuelo y Rin se quedó luciendo de lo más espléndida con su vestido rosa y su cara de pocos amigos.

Recepcionista- Bueno, el señor Sasuki dejó de la orden de que su hija, la señora Lily, sería la responsable por los pagos del funeral.

Vaya manera de terminar un funeral, si bien la familia estaba un poco harta de rendir tributo a un muerto que no era de su agrado, pagar por ello era aún más amargo y marcando el  extraño amor que el ya fallecido le tenía a la familia.

Rin-  Vaya viejo de mierda, teniendo hijos con más dineros hasta muerto quiere seguir jodiendonos.- exclamó mientras posaba su hombro en la ventanilla del auto.

Lily- Lo peor es que ninguno de mis hermanos se ofreció a pagar por mi, malparidos, poseen dinero para limpiarse y no comparten.- se sobó un poco su cabeza mientras la luz marcaba rojo- ya tenemos una buena anécdota para
contarle a su padre en la cena.

Anon- Menuda anécdota, aunque creo es mejor ocultarla, podría ir y golpear a mis tíos.

Rin- despegó su cara de la ventanilla- Créeme, ganas no le faltan.


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Hola, soy nueva en esto de la escritura de fanfics, pero espero y disfruten una probadita de mi primera historia, planeo escribir más en poco tiempo.
¡Acepto críticas, comentarios y sugerencias!
¡Así como también espero sus votos! Me motivarían mucho a seguir la historia en lo que espero mi que regreso al bachiller.
Besos- Ak

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