Bésame Suppasit ; 𝗺𝗲𝘄𝗴𝘂𝗹𝗳

cinco

Advertencias: comedia | relaciones chico x chico | alteración de la realidad | escenarios muy rosas | soft

Consejo de Tong

ꕤ

Toc-toc.

Se escuchó en la puerta rompiendo con ello la atmósfera que hasta hace unos momentos Gulf y Mew habían formado. Tong, sin esperar respuesta de quién dentro estaba, paso al salón con una sonrisa cuadrada.

—¡Chicos!— dejo de gritar al verlos abrazados y llorando.

—¿Ah? Phi Tong...

Mew se despegó del abrazo tan rápido como pudo y parándose mostró una sonrisa a medias, aún conservando las mejillas empapadas en lágrimas. Caminó, o más bien, corrió a la salida sin voltear a mirar a los chicos que lo observaban mientras partía.

Quienes dentro se quedaron se miraron confundidos por el comportamiento ajeno, claro, por diferentes razones.

Gulf sólo pudo secar sus lágrimas mientras simulaba una sonrisa para Tong.

—¿Necesitabas algo, Tong?— le miró mientras el contrarió se acercaba y ocupaba el lugar que antes era de Mew.

—Ya no importa, lo olvidé— se encojio de hombros y miro a Gulf —¿Que ocurre contigo y Mew?

—¿Sobre qué?— Gulf se hizo el despistado y comenzó a jugar con sus dedos.

—Todos lo hemos notado desde hace mucho tiempo. Estás tras Mew, por ello vas pidiendo consejos a los demás y llevando a cabo los que te dan— respondió sin más Tong y siguió —Sin embargo cada uno de ellos falla. Y supongo que eso fue justo lo que ha pasado de nuevo.

Gulf se vio sorprendido por las palabras de Tong, pues hasta hace poco le consideraba indiferente y ajeno a la situación.

No pudo más que lanzar al aire un suspiro y reír amargamente para después bajar la mirada sin amago de querer articular palabra alguna.

—Sé bien que no haz pedido mi consejo u opinión, pero si de algo te sirve, entonces solo tómalo— dijo Tong después de estar analizando toda la situación de pies a cabeza —Gulf, simplemente enséñale lo que quiere ver.

Solo esa frase salió de su boca y dándole una palmada al hombro de Gulf, este salió de la habitación dejando a un chico en completa soledad. Después se puso a procesar lo que el mayor le dijo.

—Lo que quiere ver...— se dijo en su susurro.

Recordó entonces que en algún buen momento, mientras hablaban de cualquier cosa, Mew le mencionó como sería su persona ideal.

Quería hacerlo, iba a ser tal cual lo que el quería, por más loco que eso sonará.

Él había dicho que su persona ideal tendría que ser torpe.

Estaban desayunando en el departamento de Mew, cuando "accidentalmente" derramó el jugo de su vaso.

Mew lo observó extrañado, normalmente era él a quien le ocurrían esas cosas. Sin tomarle más atención de la necesaria, fue por una franela y se la entrego a Gulf para que limpiará el desastre que había provocado.

Este en cambio tomo la franela en silencio mientras figuraba una media sonrisa y se ponía aun más nervioso.

Realizó una reverencia a modo de disculpa y comenzó a limpiar moviendo la franela por toda la extensión sucia, pero siempre manteniendo la cabeza gacha.

Mew quería reírse, sin embrago no hizo ni dijo nada, pues tampoco entendía nada.

—Lo siento Mew, hay algo me mantiene bastante distraído el día de hoy.

—¿Algo o alguien?— pregunto Mew sin esperar respuesta, formó una sonrisa bonita y tomo los trastos sucios para ir a fregarlos.

Gulf se sonrojo un poco y miro a través del departamento ajeno, llevándose las manos a la cabeza y con notable decepción tomo camino hacia la habitación del mayor.

Él dijo que su persona ideal debía ser tierna.

Salió de la habitación con apuro y fingiendo confusión, fue donde Mew se encontraba y haciendo un puchero realmente forzado habló.

—Mewnnie— hablo Gulf alargando un poco mucho el nombre ajeno y haciendo una voz con tonos dulces.

Mew lo miro extraño, seguía sin entender que pasaba a su alrededor.

—No encuentro mi móvil, ¿Me ayudarías a buscarlo?

Mew enseguida pilló a Gulf en la mentira.

Ya que al instante pudo percatarse de la tetra, puesto que el celular presuntamente extraviado podía verse marcado en la bolsa del ceñido pantalón que Gulf utilizaba ese día.

Sin más, opto por seguirle el juego, fue a buscar el teléfono ajeno, sin decir absolutamente nada.

Gulf de verdad estaba triste, no quería que su persona se esforzara a actuar incluso fuera de cámaras. Estaba cansado de aquel juego, pero debía seguir jugando.

Aunque eso no compensaba el que sintiera pena por sí mismo.

—Lo siento mucho, Mew— dijo en un susurro al aire.

Otro plan más que no le brindaba frutos a Gulf.