Capítulo 38.

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Harry ruge para atraer la atención de todos los presentes ese día en la ciudad. El clima era caluroso, nada como su hogar. Los lobos preferían el frío, por supuesto, aunque tuvo que adaptar todo por Louis.

Las personas se agrumeraron para mirarlo. Harry podía olfatear su aroma, determinando el número de alfas y el número de omegas presentes, y otros que no pudo contar por ser betas sin ningún tipo de olor reconocible. Los miraba directamente a los ojos, ya que estaba sobre una gran tarima para mostrar superioridad. Zayn estaba a su lado, atento con el ceño fruncido y los puños apretados, mientras que Simón lo acompañaba apacible del otro lado, sin mostrar señales de defensa.

Algunos alfas usaban sombreros de copa, vistiendo con ropa de etiqueta, las mujeres usaban vestidos elegantes y sombreros finos. Reconoció a los omegas por su forma humilde de vestir, con arapos sucios, y otros con ropa rota y curtida que seguro antes pertenecieron a los alfas. Pudo notar a muchos omegas tomados de la mano de sus alfas, y otros sueltos pero tensos a su lado. Pocos lucían limpios. Muchos lucían flacos y hambrientos. Harry solo sintió repulsión, algo que siempre había sentido al notar la pobreza que demostraban los omegas, la falta de aseo lo volvía loco. Recuerda la primera vez que vio a Louis, sucio y flaco. Sintió tantas náuseas que el omega fue capaz de percibirlo, vomitando al sentir toda la repulsión que Harry mostraba por él. Fue la primera vez que se conectaron.

Cerró los ojos para concentrarse en el presente. Seguramente Petter estaba allí oculto entre la multitud, pero él no podía reconocerlo. Solo tenía el conocimiento de que era un hombre con calvicie y delgado. Escaneó toda la plaza pero no encontró a nadie con esa descripción. Tal vez usaba sombrero.

—El día de hoy las reglas que conocen han cambiado. —Fueron sus primeras palabras hacia la multitud— Como actual líder de alfas, betas, y omegas, mi derecho de cambiar las normas me permite el acceso directo a todos los documentos y firmas necesarios para hacer mi voluntad absoluta.

Escuchó a la multitud vociferar, entonces usó su voz de Alfa, la más fuerte, la más frívola, la más temible.

—¡Mi voluntad se cumple! Como ha debido ser desde mi nombramiento. Aquél que no cumpla mis reglas será llevado a uno de nuestros calabozos hasta morir, o hasta aprender a acatar las reglas impuestas por su líder. De esta forma mantendremos el orden en la sociedad, respetando los nuevos derechos universales, y los nuevos deberes para con nuestros inferiores.

Todos mantuvieron silencio mientras Harry hablaba con seguridad, siendo escuchado y respetado.

—¡Los omegas tendrán derechos! Serán llevados lejos de sus alfas durante el tiempo que crea necesario. Ningún omega quedará en manos de ningún alfa hasta que yo lo ordene. El primer paso para el cambio es liberar a todos los individuos que tengan la condición de omega. Déjenlos ir. Si están en su casa, en su trabajo, en la calle, la órden es dejarlos ir. Si no lo hacen iremos por ellos, casa por casa y será peor para ustedes si les descubren ocultando a un omega. Todo aquél que oculte a un omega será llevado al calabozo, por órden mía.

La multitud empezó a moverse, impaciente, desesperada, indignada, consternada. La locura se estaba haciendo presente frente a sus ojos. Escuchó un rugido proveniente de Zayn, seguido de su transformación a lobo. Harry puso los ojos en blanco, irritado por la falta de paciencia de su amigo. Toda la multitud se detuvo. Congelados. Con pánico en sus ojos por el hecho de ser la primera vez que presenciaban la transformación de un hombre en lobo. Y la primera vez frente a un lobo real. Para todos habían quedado como un mito, hasta que pudiesen verlo a través de sus ojos.

—No queremos la guerra. Queremos la paz. —Siguió Harry—. Liberen a los omegas, entonces cuando todos estén libres anunciaré las nuevas reglas. —Finalizó su discurso, girándose para dar la espalda a la multitud.

Hidden Creature [A/O] Larry | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora