Moonlight and Starlight

because i love you

James conversaba sin para con Peter quien se limitaba a darle la razón en cada cosa que Potter decía. 

Pero Remus no podía dejar de ver a Sirius, con el ceño ligeramente fruncido y sus ojos grises entrecerrados, podía sentir su respiración a su lado

¿Cuántos besos había dado Sirius en su vida? Cientos quizá, pero ninguno de ellos le llegaba a los talones a ese momento cuando sus labios se juntaron con los de Remus, en medio sus piro y un ritmo lento, como ese primer beso lleno de miedo y expectación algo inocente pero hermoso. 

Pero Sirius, al parecer era un mal Gryffindor porque se asustó se separó de Remus de forma brusca, dejándolo con la palabra en la boca y sólo susurrando muchos "lo siento" con el corazón acelerado y el sabor de los labios de Remus en su boca salió corriendo ignorando los gritos que proclamaban su nombre. 

Corrió por el pasillo sin mirar atrás, porque sabía que Remus lo estaba siguiendo probablemente para mirarlo con decepción o quizá hasta lo golpearía, Sirius no quería escuchar sus palabras de rechazó sólo quería quedarse con el recuerdo de aquel beso épico, con el tacto de los dedos de Remus entre su cabello y la forma en que respiraba contra su piel, como suspiraba como susurro su nombre.

Llego a la puerta del castillo y apenas se dio cuenta que estaba lloviendo, no fue hasta que cayó al suelo a consecuencia del lodo cuando se detuvo, respirando con fuerza asustándose un poco cuando un rayo surco el suelo.

―Sirius –la voz suave de Remus llego a sus oídos, sintió como sus manos se envolvían en su cintura intentándolo ayudar, volteo a verlo él también todo mojado con los labios hinchados y todo precioso 

―Perdón –le dijo― no lo volveré a hacer, perdón se mi amigo otra vez, sólo olvídalo por favor, sé mi amigo otra vez haré lo que sea no te quiero perder te amo pero no lo dirá más, lo intentaré olvidar no te molestaré sólo déjame ser tu amigo otra vez... -las palabras de Sirius salieron completamente desesperadas de su garganta, aún no se lograba levantar estaba de rodillas frente a Remus quien aún tenía sus manos a su alrededor, con cuidado sin dejar de mirar sus ojos, Remus se arrodillo frente a él.

―Sirius –le dijo

―Per...-los labios de Black temblaban hacía demasiado frio 

―Sirius –le dijo otra vez Remus ― yo también te amo 

―No es cierto –dijo Sirius rápidamente ―no lo es, tú me quieres pero no de la misma forma, ¿sabes por qué? Porque nadie me quiere, no tengo el derecho de ser amado por nadie, mi madre me lo dijo yo no...-las palabras de Sirius parecían estar cargadas de dolor, Remus conocía bien a, chico frente a él, Sirius no era como todos creían era un niño que nunca fue amado con un corazón frágil un corazón que Remus amaba 

―No sé qué quieres Sirius –le dijo buscando sus ojos ―¿ángeles cayendo del cielo cantando una canción? ¿o una gran fiesta? Pero Sirius no vas a tener nada de eso –Remus suspiro, Black lo miró confundido ―no sé qué quieres, pero sólo me tienes a mí, aquí en medio de la maldita lluvia diciéndote que estoy profunda e irremediablemente enamorado de ti 

Sirius lo miro, con las lágrimas en los ojos que se habían mezclado con la lluvia

―¿Puedo besarte? –le preguntó en un susurro, Remus rio un poco 

―¿Por qué preguntas? 

―Porque te amo-le respondió con sencillez, entonces recibió otro beso uno diferente al que le dio en la sala común un beso más seguro, más desesperado lleno de necesidad, con los dedos de Remus deslizándose por su cabello y el acariciando con gentileza su mejilla 

―No sé porque me amas –le dijo Sirius cuando el beso termino―pero te prometo que haré que valga la pena puedo dejar de ser tan molesto, ser menos odioso y dejar de cantar cuando te molesta puedo... cambiar

―No tienes que cambiar, Sirius yo soy el que no puede creer ser amado, yo sólo soy un hombre...

―NO completes la frase Lupin –Sirius le interrumpió ―tu eres más que eso, tú eres alguien maravilloso y extraordinario que merece lo mejor y yo puedo ser no lo mejor pero te amo 

―Tu eres lo mejor –Remus beso su mejilla, Sirius negó con la cabeza 

―No lo soy –dijo ―No sé por qué piensas eso- Remus le miró y respondió:

―Porque te amo.