[Intro : Haechan]

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Cuando Donghyuck abrió los ojos, lo primero que pensó fue mierda, me dejé los brownies en el horno.

No tenía ni la más mínima idea dónde se encontraba, porqué no podía ver o moverse, o qué hora era, pero recordaba perfectamente lo que estaba haciendo momentos antes que todo se tornara negro.

Había vuelto de su práctica de canto como todos los viernes, si. Estacionó su Lamborghini en la puerta de su casa (o mansión mejor dicho) y entró dando un portazo, pensando en que quería asesinar a Yerim en cuanto se le diera la oportunidad. La zorra de su "prometida" se había aparecido en medio de su importante práctica para hacerle un drama diciendo que no respondía sus mensajes y bla bla bla. ¡Lo hizo quedar como un estúpido y heterosexual delante del buenísimo profesor Suho! ¿Cómo iba a ligárselo ahora que sabía que tenía una insoportable prometida por culpa de sus padres?

Yerim había llegado a su vida en un momento para nada conveniente. Él estaba en una de las tantas fiestas lujosas a la que asistía su familia, intentando conseguir alcohol siendo menor edad, cuando su madre apareció junto a una muchacha de baja estatura y largo cabello rubio, y le dijo que debía casarse con ella. ¡Por supuesto que se negó inmediatamente! Donghyuck era el tipo de chico que disfrutaba bailar canciones de Red Velvet en la discoteca y hornear pastelitos, no el que se casaba con desconocidas por el dinero y tradición familiar. Pero Yerim había caído en la ilusión de que en un futuro serían una familia feliz con dos hijos y un perro, por lo que lo perseguía a donde fuera que vaya e insistía en que hagan actividades de pareja.

Dejando de lado sus instintos asesinos y fantasías con el profesor, entró en la amplia cocina en busca de algún postre para preparar, porque si, era millonario pero disfrutaba hacer su propia comida y el sentimiento de independencia que eso le daba. Se decidió que hornear brownies de chocolate era su mejor opción, y mientras batía la mezcla, recibió una llamada de la mujer que más detestaba después de Yerim: el mismísimo diablo, su madre.

—¡Donghyuck! — chilló la mujer apenas el castaño contestó la llamada, por lo que alejó el celular de su oído antes de quedar sordo —Esta noche tenemos invitados muy importantes, espero que por tu propio bien te dignes a aparecer en la cena y sin lucir como un vagabundo ¿entiendes?

Donghyuck rodó los ojos, a medida que su molestia aumentaba, y comenzó a echar la deliciosa mezcla a su respectivo molde —Escucha madre, ya te he dicho lo que pienso al respecto ¡No quiero seguir con su sucio negocio familiar! No deseo desperdiciar mi vida siendo un criminal, gracias, para tu información, ¡planeo ser el próximo Ariana Grande! Versión hombre y gay claro, pero con su nivel de bad bitch.

Él tenía muy claro que su multimillonaria familia no llevaba un negocio honesto y legal. Había visto a cientos de chicas llorando y siendo arrastradas para ser la próxima mercancía de algún depravado sexual. Los que se quedaban con ese dinero y se encargaban de la administración, eran por supuesto, sus padres. Donghyuck se negaba completamente a visitar ese lugar o a integrarse a cualquier actividad del negocio, lo único que deseaba era terminar sus estudios para lograr salir de esa casa y alejarse de su problemática familia.

—Lo hemos hablado muchísimas veces hijo, es tu responsabilidad seguir con nuestra tradición y legado. Y por el amor de Dios, ¿puedes llamar a Yerim? Ella n-

—No — Contestó, cortando la llamada. Eso le iba a traer consecuencias luego, pero se concentró en colocar adecuadamente los brownies en el horno.

Satisfecho con su maravilloso trabajo, se dirigió hacia la mesa en busca de su celular para escuchar un poco a su poderosísima diosa Ariana esperando que se acabe el tiempo de cocción, hasta que el ruido de un vidrio rompiéndose lo hizo congelarse en su lugar.

Mierda, seguro Fross destrozó otra maceta se dijo para calmarse, visualizando en su mente al molesto perro de su hermano que claramente no conocía límites. Estuvo a punto de moverse nuevamente, cuando de la nada misma, sintió que lo tomaban con violencia del brazo y de un fuerte tirón lo arrojaron al piso. Todo sucedió tan rápido que ni siquiera pudo reaccionar; al borde de gritar por el pánico que lo invadió, un hombre joven de cabello blanco le sonrió mientras se subía ágilmente sobre él y le colocaba en la cara un pañuelo sucio con un olor fuertísimo.

No, no, no, soy muy joven para morir pensó intentando golpear en algún lugar random a su atacante, y sin respirar por supuesto, no era tonto y reconocía el cloroformo. El desconocido, claramente frustrado con sus mediocres intentos de liberarse, pisó con fuerza el pie de Donghyuck provocando que éste grite, y por lo tanto que abra la boca y aspire directamente el contenido. Luego, todo se tornó negro.

El pánico lo atacó nuevamente. No podían haberlo secuestrado tan fácilmente, no, ¿cómo saltearon los guardias de seguridad en la entrada de su casa? ¡Además sus preciosos brownies iban a quemar la cocina! Esperaba que mínimo ese desgraciado se haya percatado y apagado el horno.

Donghyuck tomó consciencia que no era momento de pensar en su cocina, sino en cómo diablos iba a salir de esta situación. Lo intentó todo por obtener una mínima noción de donde estaba, pero fue en vano, todas sus extremidades se encontraban atadas con extrema fuerza a algún tipo de silla y no podía mover siquiera un dedo. Cuando sentía que iba a tener un ataque de estrés, escuchó con claridad cómo abrían una puerta justo a su derecha, y la luz blanca entró tan fuerte en la habitación que tuvo que cerrar los ojos. ¡Tal vez al fin estaba muriendo y eran los ángeles! Pero recordó que era homosexual y descartó la idea de ir al cielo.

Finalmente sus ojos se adaptaron, y pudo ver a dos hombres conversando seriamente, uno de cabello rosado, figura esbelta e intimidante, muuuy atractivo para su gusto, y luego al hijo de puta musculoso de cabello blanco que lo había secuestrado.

—¡Hey, tú! —gritó el castaño al darse cuenta que podía hablar, pero su voz salió más aguda de lo normal y para colmo con un gallo. Tomó aire y habló de nuevo al notar que ambos interrumpieron su conversación para mirarlo—¿Recordaste apagar el horno en mi casa, verdad?

El desconocido de cabello blanco soltó una carcajada que se escuchó demasiado tétrica desde la perspectiva de Donghyuck, y se le acercó lentamente—Uy, creo que se quedó encendido, lo lamento por tu postre lindura.

—El que lo va a lamentar es tu estúpido rostro cuando logre soltarme—contestó molesto sin pensar, pero cerró la boca al ver la expresión seria del desconocido.

—Yuta, basta de juegos—dijo con firmeza el otro hombre, y le dio a Donghycuk la mirada más intimidante que había visto en su vida—¿Nombre?

Intentó pensar rápido, buscando una excusa para evitar decir su nombre real, pero su mente realmente era su peor enemiga y la fuerte mirada del pelirosa no ayudaba. Así que simplemente soltó el apodo por el que todos sus amigos solían llamarlo en el instituto.

—Haechan.

—De acuerdo Haechan, bienvenido a tu final.

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los capítulos son más desarrollados, esta es solo la intro !¡!

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2020 ⏰

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Mafia Game - Markhyuck/NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora