ִֶָ𓏲﹟𝙿𝚁𝙴𝚃𝚃𝚈 ᵎᵎ

two !!

—irémos a la cafetería de la esquina, ¿vienes changbin? —el australiano mayor preguntaba, tenían planeado salir todos juntos a relajarse después de una cansada tarde de producción.

—prefiero quedarme a dormir chan, no te preocupes. —contestó recostado en el sofá a lo largo de éste con su gorra ocultado sus ojos y parte de su nariz. chris solo se limitó a asentir y salir, el resto lo estaban esperando fuera.

por un momento changbin pensó "genial, un día solo sin el molesto australiano pecoso" así que se dispuso a cerrar lentamente sus ojos, sintiendose relajado después de muchos días.

y luego sintió una fuerte presión sobre todo su cuerpo.

soltó un quejido, molesto, por que ya sabía quién sería el causante de estropear su sueño reparador.

—¿no te habías ido con los demás? —el tono de changbin era molesto, irritado por el pecoso que estaba sobre él, riéndose en su cara.

—prefiero quedarme con mi hyung favorito a pasar la tarde~ —dijo felix, aún sin quitarse de encima.

—deja de molestarme y anda a hacer algo de provecho.

—¡bin, estoy aburrido! —dijo para sentarse sobre el regazo del azabache, poniendo sus pequeñas manos sobre el abdomen de éste, el cuál estaba recostado aún.

—¿y yo qué culpa tengo? —changbin seguía mirando de mala manera al menor, aunque se le notaba nervioso por la posición en la que se encontraban.

—veamos alguna película, ¿si?

felix no era tonto, sabía que changbin estaba nervioso y eso le parecía sumamente tierno, sin mencionar que el tono carmesí invadia las mejillas del bajito, algo que solo él había notado.

—felix. —habló changbin en un tono molesto.

—changbin~ —y el antes mencionado soltó junto a un pequeño puchero.

la acción del rubio hizo que el corazón de changbin se detuviera por un segundo. esos labios rosados abultados y sus lindos ojos mirandolo fijamente, adornando su rostro por multiples manchitas, dios, changbin sentía morir con solo verlo.

—pero quitate de encima.

—¡voy a preparar palomitas!

el menor se levanto a una velocidad inhumana, buscando por toda la alacena una bolsa de palomitas para preparar.

por otro lado, el azabache lo miraba desde el sofá, sentado.

—¡changbin! —lo llamó desde la cocina.

—¿qué quieres?

—your so pretty.

el más bajo se limitó a cruzarse de brazos, soltando un gruñido y rodando sus ojos, mientras que lee se reía.

"molesto", pensó changbin.

"lindo", pensó felix.