IV

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Después de cuatro horas caminando sin parar, los tres finalmente llegamos al puente. Lo cual agradecí internamente, ya que eso significaba que sólo tendríamos que caminar una hora más y llegaríamos al Palacio.

Sin embargo. Tampoco me gustaba mucho la idea de cruzar ese puente.

La verdad no le tengo miedo a las alturas, pero ese puente está allí desde antes de que el abuelo de Pacha naciera. Estoy segura de que a ese puente no le queda mucho tiempo de vida.

Y definitivamente no quiero estar cruzando el puente cuando este decida desplomarse.

—Está bien. Una vez que crucemos este puente, es solo una hora caminando de regreso al palacio. —Dijo Pacha con una sonrisa en su rostro.

Me quedé estática un momento de pie, Observando en viejo y desaliñado puente.

Un pequeño temer se acento en mi mente y estómago.

—Bien, porque lo creas o no, creo que necesito un baño. —Dijo Kuzco.

—Yo lo creo. —respondió Pacha.

Al parecer ninguno se había dado cuenta de mi ligero retraso.

Kuzco y Pacha comenzaron a cruzar el puente.

Y yo aún seguía colgada mirando el puente inseguro. Realmente no parece nada estable.

—¡Oye, señorita Personalidad! ¿Cuál es el retraso? —Gritó Kuzco, volviendo la cabeza para mirarme.

—Este puente no me parece muy seguro. —Dije

—Aww. ¿Tienes miedo? —Se burló Kuzco.

—No, sólo crucen con mucho cuidado, por favor —Advertí en tono de suplica.

Kuzco simplemente se quedó parado observandome.

—Oh vamos (T/N) —Escuche decir a Pacha en un tono de queja — ya hemos tenido esta conversación antes.

Era cierto. Cada vez que Pacha y yo íbamos a la capital a comprar comida, el tenía que tratar convencerme al menos durante una hora para que yo accediera a cruzar este puente.

Cuando mire nuevamente, Kuzco y Pacha ya estaban a la mitad del puente. Esto me hacía sentir patética.

Mi miedo me hacía sentir patética.

Trate de moverme nuevamente pero mis rígidas piernas se negaron.

—Esperaré hasta que ustedes dos estén al otro lado, puede que no sea inteligente que los tres estemos al mismo tiempo.

Que excusa tan pobre.

Pacha debió darse cuenta de mi estado, pues dijo de manera reconfortantemente.

—Todo estará bien, (T/N).

En ese momento Pacha cayó a través de un tablero podrido, y se quedó atascado en algunas enredaderas que colgaban del puente.

¡No!

—¡PACHÁ! —Grité alarmada, Kuzco miró a Pacha sorprendido.

—¡KUZCO! —Pacha gritó.

Pero como era de esperar, el espagueti no hacía nada. Y yo no me podía quedar de brazos cruzados.

—Voy a buscar viñas en la jungla, está bien. —Me apresure a gritarle a Pacha con voz entre cortada— resiste.

Después me adentro corriendo en la densa selva. El ambiente estaba húmedo y pesado, más teniendo en cuenta la enorme presión que tenía sobre mis hombros.

Las locuras del Emperador (Kuzco x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora