La música comenzó a sonar.
—Muy bien señoritas, a sus puestos. El Emperador ya despertó y debe venir en camino. —Ordenó el hombrecillo.
Rápidamente mis compañeras y yo nos colocamos en una larga fila.
Sentí como me comenzaban a sudar las manos, trate de secarlas disimuladamente pasandolas por mi vestido arreglando arrugas inexistentes. Mi Corazón latía tan rápido que podía escucharlo.
Creo que me voy a desmayar.
—Muy bien, Repasemos esto. Ustedes están aquí por su propia voluntad, una de ustedes será elegida por el emperador para ser la nueva emperatriz. Ninguna vea directamente al emperador a menos que él les este hablando; no le hablen a menos de que él les pregunte. Y por nada de este mundo. Cuestionen al Emperador. ¿Correcto?
Las chicas y yo asentimos.
Bien, sólo son tres reglas. Sencillo. Más nadie menciona que tienes que lucir perfecta a todo el tiempo y con una linda sonrisa.
Que horror.
Sólo espero que el emperador sea amable.
La música comienza a oírse cada vez más cerca y todas nos vemos algo más nerviosas.
—Suerte chicas —Digo para todas las que están a mis lados— estas dos semanas no fueron fáciles y quiero que sepan que las quiero sin importar que.
«Gracias» dijeron algunas, otras simplemente me dieron una sonrisa y un asentamiento de cabeza.
Sentí como una mano tomaba la mia.
—Tengo miedo —Dijo Mata en un susurro nervioso— ¿Y si no le gusto?
La mire y le dediqué la sonrisa. Mata era una chica bastante linda y muy amable, aunque un poco enamoradiza.
—Entonces no será el fin del mundo. Además, recuerda que aún tendrás a ese apuesto Guardia que coqueteo contigo el otro día.
Ella se sonrojo enormemente, y yo le dediqué una mirada cómplice.
Mata, al igual que la mayoría de las chicas, estaban aquí por la increíble oportunidad de ser emperatriz y tener un esposo podrido en dinero, unas lo hacían por interés y otras por el simple hecho de querer vivir en un cuento de hadas. Las otras por otra parte lo hacían o por necesidad, ya que venían de algunas partes del imperio no estaba muy bien económicamente, o porque simplemente ya estaban por cumplir mayoría de edad y aún no tienen marido. Ninguno es mi caso. Yo estoy aquí por otra razón.
La música se detuvo por un momento. Estuvimos en completo silencio en espera de que algo pasara.
Se escuchó un grito como de un anciano que nos puso a todos la piel de gallina. Sobre todo a mi porque esa voz se me hizo familiar.
Luego la música continuó.
Jadee cuando se comenzaron a escuchar pasos acercándose rápidamente a la puerta.
Todos estábamos estáticos mirando finamente aquella puerta.
Oh no, mis piernas tiemblan. ¿Por qué justo ahora?
Pocos segundos después la puerta de abrió de sopetón debido a una patada.
—¡Jah! ¡Boom-baby!
Todas contuvimos la respiración.
Era él.
Él hombre por el cual vinimos y nos estuvimos preparando dos semanas.
Estaba vestido con un traje rojo con detalles dorados. Era delgado y tenia piel mediana, con una altura altamente ridícula.
No era feo, pero tenía la complexión de un fideo con patas.
—¡Ah! Alteza —El hombrecillo que nos presenta salto con nerviosismo y se inclinó ante el Emperador haciendo reverencia— es hora de elegir a su novia. —Dijo señalandonos.
Que sea amable. Que sea amable.
El sólo sonrió con complacencia y se acercó rápidamente.
—Perfecto, que salgan las nenas —Se quedó parado un momento frente la primera chica y la estudio unos segundos con una mirada que se torno algo despectiva— hechemos un vistazo.
Y allí todo se vino abajo.
—Odio tu peinado.
Dijo fríamente, luego paso así por las otras chicas anteriores a mi, mirándola por encima y destacando cruelmente defectos que a mi parecer eran insólitos.
—Que fea, Fuchi, ni de chiste, fuchi.
Y así siguió hasta que se paró frente a mi.
Levanté la mirada algo insegura y lo vi a los ojos, por un momento creo que vi algo en él. Me observo detenidamente por un momento. Mi Corazón latía tan fuerte que creí que se me iba a salir.
Y luego dijo.
—¡Oh, déjame adivinar! Tu tienes una gran personalidad.
Después siguió con la fila de chicas. Pero yo ya no escuchaba lo que decía.
Sentí un horrible peso alojarse en mi estómago. Mis ojos comenzaron a picar y un nudo de me formó en la garganta.
Trate de respirar profundo y calmarme, pero algo me terminó de quebrar.
—¿En serio es lo mejor que encontraste? —Pregunto incrédulo.
Luego el enano comenzó a tararear una respuesta. Pero yo ya no quería escuchar.
Rápidamente me moví de mi sitio, una compañera trato de detenerme pero no lo logró.
Me estaba acercando por la espalda del Emperador y lo voltee tomandolo del hombro para estampar mi mano en su mejilla.
La bofetada resono en la habitación morada.
—¡No me importa que usted sea el emperador! ¡No tiene ningún derecho a tratarnos como si fuéramos sucio ganado! —Le brame enfurecida— ningún título le da el poder de tratarnos así ¿¡Me oyó espagueti con patas?!
Todo el mundo guardó silencio.
No pasaron ni cinco segundos antes de que dos guardias me apresaran y me sostuvieran con fuerza.
La cara del Emperador era un poema estaba totalmente anonadado.
Y yo estaba totalmente en problemas.
¡No olvides poner la estrella en naranja!
ESTÁS LEYENDO
Las locuras del Emperador (Kuzco x Reader)
Fanfic-Eres una llama apestosa. -Oh vamos, soy tu llama apestosa. •Las locuras del Emperador no me pertenece ni ningún personaje. Soy sólo una fangirl haciendo Fanfics de sus crush's (Contiene algunas escenas para mayores es de 16+) Aunque se que habrá ni...