XVI

379 29 14
                                    

Mi cabeza aún dolía como la mierda por la resaca, pero el agua casi hirviendo de la ducha y los brazos de Nick rodeando mi cuerpo servían perfectamente para relajarme.

- ¿Mejor? –murmuró cerca de mi oído, creía que la ducha me ayudaría y tuvo toda la razón.

- Si, mucho mejor –giré entre sus brazos y deje un corto beso en sus labios.

- Te amo –susurró sobre mis labios.

- Te amo –respondí sonriendo, se sentía muchísimo mejor escucharlo y decirlo sin tantos tequilas encima.

Sus manos acariciaron mi espalda hacia abajo, apretó mi trasero despacio pegándome a su cuerpo y sentí su erección chocando en mi bajo abdomen, subí mis manos hasta su cuello y volví a besarlo, esta vez buscando su lengua. Era imposible para ambos estar en esta situación sin excitarnos, o por lo menos para mi lo era, había empezado a humedecerme desde que sus manos habían lavado mi cabello y masajeado mi cabeza.
Dio unos pasos haciéndome chocar con la fría pared de azulejos y sus besos fueron descendiendo hasta mi cuello mientras una de sus manos se hizo un lugar entre mis piernas, sentí sus dedos deslizarse a los costados de mi clítoris y gemí despacio en su oído.

- No me había dado cuenta que estabas tan caliente y húmeda –murmuró cerca de mi oído y enterró uno de sus dedos haciéndome gemir otra vez.

- Creí que a esta altura ya sabrías como me pones –respondí también en su oído, lo sentí reír contra la piel de mi cuello y lo mordió con suavidad antes de enterrar otro dedo.

Los movía despacio mientras hacía círculos sobre mi clítoris con su pulgar, abrí mas las piernas pero sentía que no era suficiente así que levanté una de mis pernas rodeando su cadera y el la sostuvo con su otra mano, el dolor de cabeza había desaparecido completamente. Se me estaba dificultando mantenerme en silencio, los gemidos salían de mi boca sin mi aprobación, sabía perfectamente como tocarme y como hacerme terminar sin siquiera penetrarme, pero yo quería que lo hiciera. Moví mis caderas al ritmo de sus dedos haciendo que la piel de mi abdomen se frotara contra su erección, esta vez lo escuche gemir a el y no tardo en sacar sus dedos y pellizcar mi clítoris.

- Mierda, por favor… -murmuré apoyé mi cabeza en la pared con los ojos cerrados.

- Lo sé –respondió y beso mi mentón.

Unos segundos después lo sentí dentro mío, clave mis uñas en sus hombros y la pierna que estaba apoyada en el suelo se me aflojo, una de sus manos aún sostenía la otra pierna en su cadera y su otra mano sostuvo mi cintura. Se movía despacio y sus labios nuevamente se concentraban en mi cuello, pase mis brazos alrededor del suyo atrayéndolo mas a mi, como si eso fuera posible, y mis dedos se enredaron en su corto cabello. Se alejó unos centímetros para encontrar mi boca y me beso con intensidad mientras aumentaba el ritmo de sus embestidas, mis gemidos se ahogaban en sus labios, me sentía en las malditas nubes. Levanto mi otra pierna encastrándonos mejor,  apretó con sus manos mi trasero embistiéndome con mas fuerza, el ruido de nuestros cuerpos chocando bajo el agua retumbaba en todo el baño y se mezclaban con nuestros gemidos. Sentí el cosquilleo desde mi entrepierna hasta mi ombligo, mi espalda se separó de la pared arqueándose para él y sentí el espasmo recorrer todo mi cuerpo cuando llegue al orgasmo. Mordí su labio inferior con tanta fuerza que una gota de sangre brotó de el, apoyó su frente en la mía y me embistió varias veces mientras nos mirábamos fijamente, gruño sobre mis labios y salió de adentro mío bajando mis piernas. Sentí algo tibio en mi abdomen, no había querido terminar adentro mío porque no se había puesto un preservativo.

Cubrí mi cuerpo con la bata de Nick, antes de ir a cambiarme decidí revisar mi celular, nuestra relación efectivamente ya estaba en boca de todo mundo. Cuando desperté estaba bastante confundida, no sabía si realmente lo que había pasado era real o era un sueño, supe que era todo real cuando vi donde estaba y quien dormía a mi lado abrazándome. De a poco fueron volviendo ráfagas de imágenes a mi cabeza, la conversación con Joe, Nick besándome y diciéndome que me amaba, y el consejo de Chris.
Ahora que el maravilloso y caliente sexo con Nicholas no me tenía en las nubes, había recordado esa charla con Christopher Wood, lo que hizo que mi jaqueca regresara, realmente había considerado seguir su consejo cuando creía que mi relación con Nick iba a entrar en otra crisis. Pero ahora estábamos en el mejor momento desde que nos acostamos aquella noche en mi departamento, esto era por fin todo lo que quería. ¿Era correcto hacer un cambio tan grande ahora? ¿Mudarme aquí por trabajo?
Bueno no es solo un trabajo, estoy hablando de mi sueño.

Priority.  [Nick Jonas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora