8- Ataque de Insomnio

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--¿Quieres salir conmigo? En una cita... como amigos.

(T/N) se sorprendió ante aquellas palabras. Su cuerpo entéro comenzó a tensarse y a temblar. --¿C-Contigo?--El peliverde asintió y ella se mordió el labio ligeramente. --Me encantaría.

--¿Te parece la próxima semana?-- La oji-(c/o) asintió y Zoro esbozó una sonrisa de oreja a oreja.

El peliverde la soltó y ambos se despidieron. Cuando la jóven se dio la vuelta, cerró los ojos con fuerza y una sonrisa estúpida se dibujó en su rostro.

Llegó a su casa y caminó hasta su habitación, aquella sonrisa no abandonaba su rostro y se recostó en la cama.

En la noche...

(T/N) estaba saliendo de su baño y tomó una camiseta de tirantes blanca y un pantalón largo, azul oscúro.

Salió de su recámara, dispuesta a ir a cocinar algo. Se encontró con su padre, quién estaba delante de su puerta.

--¿Papá?-- Ambos seguían sin hablarse. Ella simplemente hacía su desayuno, almuerzo o cena y la ponía en la mesa, sin la necesidad de hablar.

--Hija, venía a... --Doflamingo se mordió su labio inferior y suspiró profundamente. --Venía a pedirte discúlpas.

La peli-(c/c) desvió la mirada. --Soy yo la que debería pedirte discúlpas. Yo escapé de casa y les mentí a mis amigos. Lo siento, es mi cúlpa.

Los ojos de la jóven se cristalizaron. Ella sentía un gran peso encima. Sentía que tenía tantos problemas. Comenzaba desde el tema de la muerte de su madre, hasta con el tema de su "enamoramiento" con Zoro.

Sin más, el mayor se acercó a la jóven. La abrazó con fuerza y le dió un beso en la frente. Tenía una sonrisa nostálgica. Aquella chica era completamente igualita a (N/M), su esposa y madre de la jóven.

--Eres completamente igual a ella.-- Susurró el rubio. (T/N) sabía de lo que el hablába e inevitablemente, lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas.

--¿Por qué no me ódias?-- Susurró la peli-(c/c). Doflamingo se alejó de ella, viéndola cara a cara.

--¿Odiárte? ¿Cómo podría?

--Por mi cúlpa, murió mamá...-- Respondió, casi en un susúrro.

--No dígas eso.

La chica seguía llorando, no podía evitar culparse por la muerte de su madre.

--¿Tío Cora-san también me ódia?-- Preguntó la jóven, sollozando.

--Todos en la familia te quieren, se habían encariñado con tu mami. Les había dolido aquella notícia.-- Explicó el rubio. --Aún asi, todos te amában. Más tu tío Rosinante.

La oji-(c/o) esbozó una sonrisa apagada y triste. --Te q-quiero... papá.

El mayor sonrió de la misma forma y estrechó a (T/N) en sus brazos. --Yo también te quiero, mi princesa.

Se quedáron así por un tiempo. Fueron a cenar júntos en el comedor. Habláron un poco de todo, la peli-(c/c) evitába hablar sobre Zoro. No tenían por que, ¿no?

Al terminar de cenar, ambos fueron a sus habitaciónes.

La jóven se levantó y fué hacía un espejo. Observó su espalda, levantándo su camisa.

Tenía un tatuaje que decía; DonQuixote.

Estaba en el centro de su parte de baja de la espalda. Era simple, pero tenía un gran significado.

Quédate a mi Lado (Zoro x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora