𝐄𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐢𝐝𝐚𝐬 •𝐑𝐮𝐛𝐢𝐮𝐬𝐩𝐥𝐚𝐲•

s i n o p s i s

E S C O N D I D A S

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La respiración de Raúl cada vez era más errática, más costosa, más ruidosa. Quejidos lastimeros salían de sus labios con ese color cereza que se había formado de tanto mordérselos, sabía perfectamente que si llegaba a dar otra mordida más, se crearía un herida para nada bonita.

Rubén embistió directamente en la próstata del menor en estatura, y lo supo al ver como su cuerpo se arqueaba hacia delante, esta vez el gemido de Raúl resonó por toda la casa, ambos disfrutaban y mucho. El falso albino sonríe satisfecho al lograr escuchar los sonidos demasiado explícitos de los labios de su pareja.

— Es aquí, ¿a qué sí?— Pega su pecho a la espalda de Auron.— Tu sitio favorito, ¿lo encontré?— Rubén embiste esta vez más fuerte, dando por segunda vez a la maltratada próstata del de cabello oscuro, lo escucha sollozar de placer, se acerca al cuello del menor en estatura y se da el lujo de morder, succionar y lamer.— Tomaré eso como un sí.

Raúl no puede hacer nada más que gemir en demasía, agarra fuertemente las sábanas, temiendo incluso rasgar estas por la gran fuerza que utiliza. No reprime ni un solo jadeo, suspiro, quejido o gemido, sabe lo mucho que le gusta a su pareja escucharle.

Rubius para en seco las embestidas, siente el cálido aliento del más alto en su cuello, por la mucho sensibilidad que tiene, su cuerpo se estremece, un teléfono se escucha y es cuando el rubio sonríe algo macabro, se separa del chico que tiene el piercing en la ceja para coger su teléfono y contestar.

Auron se desploma en la cama, agotado y algo molesto por el hecho de que el menor le ha dejado a medias, gruñe bajo. Se permite coger una sábana para taparse, el frío empieza a hacerse presente, pero aún así, solo se tapa lo que viene siendo su trasero.

— Hombre Luzu, ¿qué me cuentas?— Rubén se lame los labios de una forma lasciva al ver el culo del más bajo siendo cubierto solamente por la sábana.

— ¡Hey Rabis! Bueno, es que dentro de unas semanas, he pensado en ir a Madrid.— El albino levanta la sábana, coge con una mano la cadera del mayor, este se sobresalta al ver lo que está tratando de hacer.

— Ajá.

— Y quería saber si estarías ocupado para recibir cierta visita de cierto americano.

Tironea de la muñeca de Auron, haciendo que se apoye en las rodillas, justo como él quería.

—Claro, mis puertas siempre estarán abiertas para cierto americano.— Penetra con lentitud la entrada del más bajo y disfruta al escuchar como Auron suelta quejidos lastimeros en voz baja.— Pero creo que durante esa visita te encontrarás con alguien más.

— ¿Con quién?

— Con el Señor Auronplay.

Va subiendo la intensidad de las embestidas, cuida el que no se escuche demasiado, tampoco quiere ser descubierto.

— ¿Va a ir a Madrid?

— De hecho ya está aquí,— Rubius pone el manos libres y tira el teléfono delante de la cara de Auron—. Saluda, Raúl.

— H-hola Luzu, mi n-niño.— Ha hecho un gran esfuerzo en no gemir, espera al menos el haberse escuchado decente, maldice al menor por haberle hecho tan sucia jugada.

— ¡Hey Auron! ¿Qué tal?

— B-bien, — responde, agradece el que las embestidas hayan bajado de intensidad, las grandes manos del albino en su cintura se dedican a apretar en los puntos exactos que le hacen delirar desde siempre. Sabe que quedarán muchas marcas, pero eso de alguna manera le excitaba.— Te pas-o a-al calvo, a-adiós.

— ¿Me escuchas Luzu?— Pregunta el falso albino, teme que por la distancia no sea capaz de escucharle.

— Sí, claro.

— Bueno, espero verte dentro de poco, se te quiere.— Da una pequeña nalgada en el glúteo derecho a Auron, una señal para que cuelgue la llamada, este mismo lo hace con rapidez.

—¡Maldito!— Dice entre gemidos el mayor, lágrimas se escurren por sus mejillas por el placer que siente, su rostro arde por lo que acaba de hacer.

— Te ha gustado.— Musita en voz ronca, se acerca al cuello del de cabello oscuro y muerde.

La conversación de aquello muere ahí, ahora si hablan, es de manera vulgar por la evidente situación íntima. Auron siente un escalofrío que recorre su espina dorsal, le cuesta admitir que la situación del móvil, le ha provocado excitación.

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(Sin corregir)

#arriba la verguensa por lo que yo escribir.😳 Siento que no ha quedado como yo quería, pero me ha gustado musho la idea y quería escribirla rápido pa que luego no se me olvide :D