La importancia de ser amado / Volkacio / Intenabo

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Aclaración:

-Dan es Horacio y Fred es Gustabo. Son subinspectores de la policía y se infiltran para sacar información sobre una supuesta mafia, la cual asesinó a varios agentes.

-La única persona que sabe que Dan y Fred son Horacio y Gustabo es Jack Conway, alias el superintendente. Los demás piensan que Gustabo y Horacio son ex-policías, los cuales se convirtieron en criminales.

                                                                              𝓒𝓪𝓹 1.

Era la tarde, justo en la hora donde Dan y Fred solían empezar a trabajar.

Los encapuchados entraron a comisaría y se pusieron de servicio.

Ya han llegado los héroes de la ciudad -Diría Dan por la radio justo antes de subirse a un patrulla junto con su amigo Fred-

Dan y Fred, venid a mi 10-20 -Dijo Conway mediante la radio-

Estaría en la comisaría del norte, esperándolos de brazos cruzados.

Vale, ya vamos -Se le escucharía decir a Dan por la radio-

¿Y ahora qué quiere el viejo este? -Le preguntó Gustabo, poniendo el vehículo en marcha-

Pues no lo sé, supongo que otra misión para ganar la confianza de Emilio -Diría Horacio no muy interesado-

Gustabo se quedaría en silencio pero notaría una sensación extraña de parte de su amigo Horacio, no se le veía motivado por nada, últimamente nada le interesaba y vale que estaban pasando por cosas complicadas pero Horacio nunca había sido así. Era un chico alegre, optimista, muy diferente y original al resto de personas.

Oye Horacio... -Hizo una pausa- ¿Te encuentras bien?

Horacio solo apartó la mirada con un gesto de pena, él también sabía que algo no andaba bien dentro de él. Que ya no era feliz, que ya no sonreía.

No, no estoy bien -Diría luego de dar un suspiro-

El de la cresta apartó la mirada, ahora sus ojos se situaban en la ventanilla, observaba toda la ciudad. Era un completo caos, pero ellos solos no podían hacer nada.

¿Es por lo de Volkov? -Dijo Gustabo, algo indeciso entre si preguntarlo o no-

Horacio sintió un vació en su pecho al escuchar a su amigo nombrar a ese tal ''Volkov''. Se quedó unos segundos en silencio, intentando que sus lágrimas no se acumulasen en sus ojos.

No quiero hablar de eso -Dijo finalmente con un tono de tristeza, el cual últimamente siempre solía estar presente-

Ánimo, no tienes por qué estar mal por él. Estoy seguro que encontrarás a alguien que realmente te aprecie y te quiera tal y como eres. Es simple, él no te merece -Diría Gustabo en un intento de animar a su amigo-

No, yo no lo merezco a él. Es tan perfecto que, no lo sé, simplemente me siento raro cuando estoy cerca de él -Diría haciendo algunas pausas, pues estaba muy nervioso y tampoco sabía como expresarse correctamente-

No, tú ya has hecho lo que tenías que hacer. Si él no te sabe valorar es otro tema aparte, hazme caso, vas a encontrar a alguien mil veces mejor -Insistió Gustabo bajándose del vehículo.

No lo creo, pero si tú lo dices... -Dijo Horacio haciendo lo mismo y siguiendo a su amigo-

Entraron a la comisaría del norte, hacía bastante calor y no habría absolutamente nadie allí.

Hombre, Conway -Diría Gustabo con una sonrisa-

Dejad de hacer el capullo, id con Emilio, hoy no trabajáis de polis -Les dijo Conway-

Vale, vale. Ahora lo llamamos y le preguntamos que podemos hacer -Diría Horacio prendiendo el movil-

Avisadme que vais a hacer, ¿de acuerdo? -Diría el super-

10-4 -Respondería Gustabo-

Horacio y Gustabo salieron de comisaría y Gustabo arrancó el coche para ir a la tienda y así quitarse las máscaras.
Horacio agarró el móvil y marcó el número de Emilio.

Buenas jotos, ¿qué andan haciendo? -Preguntó Emilio al instante en el que atendió la llamada-

Pues con Gustabo decidimos que hoy queríamos, ya sabe, hacer trabajos que nos diga y tal -Diría Horacio- ¿Dónde podemos quedar?

Bueno pues, les mando ubicación y se vienen, estoy con unos amigos -Dijo Emilio sonriendo-

¿Cómo que amig-...? -Justo en ese momento Emilio cortó la llamada-

¿Que ha pasado? -Preguntó Gustabo algo intrigado-

Pues que me ha atendido la llamada y me dijo que estaba con unos amigos, le intenté preguntar quienes eran pero me cortó la llamada -Le explicó Horacio-

Justo en ese momento le llegó un mensaje de Emilio, en él de hayaba la ubicación del sitio.

Mira, ahora me ha mandado la ubicación -Diría Horacio mirando el movil-

Pues venga, nos cambiamos y vamos -Dijo Gustabo aparcando el coche y saliendo del vehículo, al igual que su amigo Horacio-

Ambos encapuchados entraron en la tienda y se pusieron el conjunto que solían llevar Gustabo y Horacio.

A continuación, entraron al coche y se dirigieron a la ubicación que les había mandado Emilio.

Era en el norte, en la orilla se podría ver a un hombre encapuchado y se escucharían las olas del mar chocar contra las rocas. En las mismas se vería aparecer a Gustabo y a Horacio.

Buenas -Diría una voz, era el tipo que estaba parado en la orilla, junto a una lancha-

Buenas, venimos a trabajar para Emilio -Diría Gustabo viendo un poco a su alrededor- 

¿No lleváis máscara? -Preguntó el encapuchado-

Ehh no, ¿hay que traerla? -Preguntaría Gustabo con una ceja levantada-

Hombre, pues claro, hoy teníamos pensado hacer un badulaque -Diría el enmascarado-

Joder -Diría Gustabo en un suspiro-

Anda, que Emilio ya sabía que no las traeríais -Diría el encapuchado lanzándole una máscara para cada uno, las cuales se encontrarían encima de la lancha-

Gustabo y Horacio recogieron las máscaras y se las colocaron, ambos, junto con el encapuchado se subirían a la lancha y se dirigirían hacia una isla.