Hola, pequeña Blancanieves.

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Aileen llegó a Lineville con su familia.

Hacía casi seis años que no iba allí.

No recordaba casi nada de aquel lugar.

Sus ojos oscuros recorrieron toda la fachada de la casa: pintura azul clara, porche de madera blanca, césped por todo el jardín y por atrás se podía ver un árbol con una casa-árbol.

La casa de la derecha era exactamente igual. Aunque las demás eran enteras blancas y ninguna tenía aquellas casas-árbol tan bonitas.

Su padre le tocó el hombro.

-¿Qué te parece? ¿Te acuerdas de todos los veranos que pasamos aquí?

-La verdad es que no.- dijo. Su padre rió.

-Bien, Ail, ya irás recordando.- Alex se posicionó al otro lado de Aileen- Ahora vamos, os voy a enseñar otra vez la casa.

••••

Eran las 9:00  am. Jeff abrió los ojos.

Ayer llegó a Lineville y, sinceramente, lo único que recordaba de aquel lugar era la playa.

Bajó a desayunar y allí le esperaban su hermana, Violet, su madre, Tina, y su padrastro, Roger.

-¡Hey! ¿Qué tal Jeffrey?

-Ya te he dicho que me llamo Jeff,.Roger.

-Y yo te he dicho que me gustaría que me llamases papá pero veo que no hay manera- dijo riendo, algo que ponía a Jeff de los nervios.

-¿Qué tal has dormido, Jeff?- preguntó su madre.

-Mucho mejor de lo que pensaba, mamá- dijo con una sonrisa- Creo que podría acostumbrarme al sonido de las olas- su madre sonrió y le tendió el tazón de cereales.

- Después puedes ir a la playa si quieres o al bosque- le dijo.

-Yo voy a ir a dar una vuelta con Nick y Anna- dijo Violet con entusiasmo.

-Puede que vaya.

••••

-¡Vamos, Aileen, despierta!

-Hmmm.

-Son las diez de la mañana.

-Hmmm.

-Te espero abajo en cinco minutos, sino mandaré a Alex y no va a ser bonito.

-Vaalee, ya voy papáaa- dijo mientras se levantaba de mala gana.

Al final se puso unos vaqueros cortos y una camiseta amarilla con unas converse negras y bajó a desayunar.

-Deberías ir a la playa, antes te encantaba.

-Vale- le respondió a su padre- Oye, ¿Dónde está Alex?

-Se fue al centro a comprar pan y pasta.

-A que adivino hoy comeremos espaguetis- su padre sonrió y asintió orgulloso.- Qué novedad.

-Para tu información me sale riquísima.

-Lo sé- dice Aileen levantándose y dejando su desayuno en el fregador.- ¡Nos vemos luego!.

••••

La arena era suave y blanca y el agua era casi cristalina. Jeff había encontrado una cala al lado del bosque.

Se sentó en la arena y admiró el mar azul.

No sé cuánto tiempo estuvo allí pero supongo que mucho; porque de entre los árboles apareció Aileen.

-¿Hola?- llamó Aileen. Jeff se dio la vuelta y vio a la chica de cabellos oscuros, ojos color dorado, piel blanca como las nubes y labios rosados como fresas.

-Hola, pequeña Blancanieves.

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