Número noventa y nueve

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-¡Usa mi regalo, Vegetta! -gritaba detrás suya el oficial de policía.

-¡Me niego rotundamente! -responde el ojiamatista ante aquella demanda.

-Entonces... ¿para qué te las regale? -dice en tono lastimero Fargan, a la vez que corre para ponerse frente a su pareja. -¿Por qué no te gustan? Si estoy segurísimo que te quedarían precioso.

-En primer lugar; Yo no te pedí que me regalaras esas medias; en segundo lugar, no voy a ponerme tal cosa únicamente por una fantasía tuya; y, en tercer lugar, ¡son para mujeres!

-Vegetta... me sorprende de ti ¿cómo que para "mujeres"? Vivimos en una sociedad donde esos estereotipos ya no tienen lugar aquí­- argumenta. - Pero puedo entender que eres un cobarde, que teme ponerse unas simples medias- se da la vuelta y camina en dirección a la estación de policía. -Supongo que tengo un cobarde por novio...

No, no... Vegetta no iba a caer en aquella treta... él se mantendría firme frente a ese juego. Por más cobarde que lo llame, no va a caer.

-¡Espera!

Fargan sonríe sin darse la vuelta. Vegetta es fácil de manipular si sabes que botones tocar. -Oh... me pareció escuchar la voz de un cobarde.

-Eres un asqueroso...- ríe.

-En lo que a mí respecta, eres el novio de un "asqueroso" no eres mejor que yo en ese aspecto

Primera parte, la segunda esta noche. Esten atentos... puede haber lime por la tardanza.

El Lobo y el Búho [FARGETTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora