Calidez

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Hello guys nwn, hoy el capitulo es muy especial, pues este capitulo a sido escrito por mi compañera lucesita que interpreta a china en el roll, asique tendra su forma de ver las cosas y una forma distinta de lo que an visto ahora, sin mas que decir, disfruten•

Poco a poco la mexicana y el chino se fueron dando cuenta del extraño comportamiento del nipón, ¿Qué sucedía? ¿Por qué lucía tan aterrado? ¿Acaso veía algo que inquietaba su cordura?.

Mientras tanto, Japón solo podía tener los aterradores recuerdos que su padre alguna vez le dejó marcados... Japón temblaba de miedo, recordando la sangre de inocentes esparcida por todas partes, gritos y lloriqueos en su cabeza... Simplemente cayó al suelo mientras los recuerdos hacían que evadiera el presente y los llamados de sus amigos, sus lágrimas caían, estaba desesperado por tener que recordar todo eso...

-no... No... Padre...

En cuanto Japón dijo esas simples palabras, China comprendió lo que pasaba por la mente del nipón, el té de la polaca podía esperar, ahora tendría que ayudar a alguien muy especial.
México también intentaba hacer su parte, al igual que China ella estaba preocupada, solo lo tomó de los hombros tratando de sacarlo de aquel trance.

-Japón no llores, ¿Qué tienes?

En ese momento, el nipón levantó la mirada hacia la mexicana, su mirada era de terror puro, pues desde sus ojos podía ver solo a un cadáver descuartizado en pura sangre, sus lágrimas caían a chorros, solo deseaba que todo terminara, reclamaba en su mente a su padre, no sabía qué hacer exactamente solo retrocedió aterrado intentando desviar la mirada.

-Ahhh!

China se exaltó gracias a la tan desesperante reacción de Japón, gritando como un niño pequeño tratando de huir de un mountro en su pesadilla.

-¿¿Japón?? Wow eh... México, ¿qué sucede?

La mexicana seguía intentando sujetar al nipón para tranquilizarlo, pero la reacción del contrario se volvió repentina y de una peor forma. Para él cada acercamiento con México era seguir viendo el cuerpo putrefacto, solo se soltó del agarre mientras se alejaba gritando aterrado, sus lágrimas solo caían, era una pesadilla la cual la confundía con la realidad.

-No... no... Aléjate, aléjate! N-no quería matarte... ¡No quería! ¡Mi padre me obligó!

China no lo dudó más y solo se acercó al nipón sujetándolo de los hombros para calmarlo y consolarlo, intentaba despertarlo de aquella pesadilla.

-Japón cálmate!! Todo está bien ok?

El nipón parecia no tener intenciones de querer reaccionar, solo miraba a todos lados mientras aquella aterradora sinfonía de gritos y llantos resonababa en su cabeza cada vez más ruidosa y fuerte, solo en sus pensamientos lamentaba haber sido débil y lamentaba tener que haber seguido las órdenes de su cruel padre.

-N-no... No...

La mexicana no sabía que más hacer, pero el chino no podía dejarlo así, solo siguió sujetando al nipón, estaba demasiado preocupado, así que no tuvo otra opción que gritarle y agitarlo un poco para poder despertarlo de aquel tan aterrador trance.

-Japón!! Mírame... Todo está bien, no sucede nada, despierta de ese recuerdo!!

Tal parecía que el chino había logrado su cometido, pues el nipón había salido de aquel trance.
Japón solo pudo mirar a su contrario, veía aquellos ojos... A sus pareceres... Tan tranquilizadores y hermosos como la primera vez que los vio, su corazón habia recibido paz.

-Chi-China...? Y-yo... Yo...

China solo pudo ver a los ojos de su contrario y abrazarlo para darle consuelo, hacía tiempo que no lo veía tan alterado, para calmarlo un poco más, decidió acariciar suavemente el cabello del nipón.

-Tranquilo Japón... Estoy aquí... Estoy aquí...

El nipón no pudo contener las ganas de llorar, solo se aferraba al otro asiático para poder calmar su dolor y olvidar el amargo recuerdo.

-Y-yo no quería hacerlo... Gracias por estar a mi lado...

China solo podía seguir abrazandolo, la presencia de la mexicana seguía ahí, observándolos como si nada, tal parecía que ambos asiáticos no les molestaba la presencia de la latina. Una vez que China pudo sentir esa seguridad y calma por parte del contrario, respondió a su comentario.

-Oye... Sabes que siempre contarás conmigo. Ven, una taza de té y una bendita para el dedo te harán bien.

Japón solo asintió ante el comentario del chino, secó sus lagrimas y se puso de pie junto con su contrario... De pronto una cosa le inquietó un poco, ¿qué era lo que tenía? Un leve sonrojo se posó en sus mejillas, miró a su contrario y tomó al asiático mayor de sus manos

-Chi-china... T-tengo que decirte algo...

El té de cerezo perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora