¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En una situación así, Michael ya habría sido el primero en levantarse para acudir a tu rescate. Te toma de los hombros para que te incorpores de las sabanas, dandote pequeñas sacudidas con la finalidad de que recobres la noción de la realidad.
Allí, con los ojos bien abiertos, los omóplatos subiendo y bajando en respiraciones agitadas y con el corazón latiendote a mil veces por segundo, él te atraería hacia su pecho.