-Hola, Padre. He venido a confesarme.La pequeña puerta del confesionario se abrió, demostrando al recluso que era momento de hablar.
-Es la primera vez que vengo aquí, lo he visto a lo lejos, Padre. Sé que esto no va al caso quizás, pero creo que me sentiría más confiado si pudiera... saber su nombre-Titubeó con inseguridad.
Tras algunos segundos de silencio e incomodidad, escuchó como la persona tras la rejilla aclaró su garganta.
-Puedes decirme Padre Todd-Contestó al fin.
-Creí que me ignoraría, Padre Todd-Una sonrisa ladina se dibujó en su rostro.
-Estoy aquí para escucharte. No haría eso-Comentó con calma-Dime, hijo ¿Qué era aquello de lo que querías hablar?-Incitó.
-¿Esto es anónimo?
-Si quieres que así sea, así será.
-Todavía están intentando culpable de todos los cargos en mi contra.
-Esta es la iglesia del señor, hijo. La confesión es para con Dios, no con el hombre.
-Está bien-Suspiró el recluso-Mi nombre es Richard Grayson, Padre Todd. Y en mi primera noche de locura, maté a un hombre con una espada. Le corté la cabeza, fue un corte tan fino, que la sangre corrió por todos lados-Hizo una pausa-Luego lo desmembré, y cada una de sus partes las seguí cortando. Y finalmente quemé todo. Para que nadie lo encontrara, para que nadie supiera la verdad.
-Dios siempre lo sabe, hijo mío.
-No, ni siquiera Dios lo supo ¿Sabe por qué?-Rió suavemente, luego calló por largos segundos borrando toda felicidad de su rostro-Porque nadie lo vengó. Nadie nunca supo quién lo mató, ni dónde lo quemaron, ni dónde lo enterraron ¿Cómo puede decir que Dios sabe todo? ¿Quién le llevó justicia a ese hombre? ¡Nadie!-Levantó la voz, mas no escuchó respuesta alguna del contrario-Nadie sabe cómo murió...
Richard tenía la respiración agitada, recordando aquel momento en el que perpetró el asesinato, y el hecho de que a partir de ese momento su vida fue cuesta abajo.
Pero el Padre Todd solo era un idiota que debía escucharlo, que mierda le importaba a él si realmente se reformaba, que mierda le importaba si este tonto recluso, algún día alcanzaba o no el perdón de Dios.
-A ti no te importa ¿Verdad?-Cuestionó Grayson.
-Hijo, por supuesto que me importa. A Dios también le importas.
-No quiero a tu jodido Dios delante-Rechazó con acidez-A ti. No. Te. Importa ¿No es así?
-Hijo, por supuesto que me import--
-¡Deja de llamarme "hijo"! ¡Deja de llamarme como te obliga tu código! ¡Si realmente te importara me llamarías por mi nombre! ¡No eres más que un jodido imbécil cumpliendo su jodido trabajo!-Se levantó y salió del confesionario-No sé porqué mierda vine aquí-Murmuró entre dientes y se dirigió fuera de la capilla.
El Padre Todd, un hombre joven que llevaba un mechón blanco en medio de su oscura cabellera, salió de su lado del confesionario, miró al pelinegro salir a regañadientes del lugar y meditó un poco lo que acababa de suceder.
Estas cosas eran normales desde que comenzó a ser un sacerdote en la capilla de una de las cárceles más peligrosas del mundo. Los prisioneros era usualmente así, tan reacios a la palabra del señor, tan insultantes a sus tradiciones, tan egocéntricos y frívolos, era cosa de todos los días. Al final, todos ellos no querían realmente arrepentirse, el Padre Todd lo sabía, se sentía en la forma en la que se expresaban, en la manera distante de hablar, solo querían sacarse un peso de encima, ninguno buscaba realmente algo, ninguno tenía alguna intención pura, ninguno buscaba alguna clase de perdón.
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El Pecado del Padre Todd [JayDick One-Shot R18]
Fanfiction«Dejando algunos días, el recluso Richard Grayson va a la capilla para confesarse con el padre Todd, hasta que un día el padre Todd necesita confesarse ¿Qué?» ⚠AU Jason!Sacerdote - Dick!Talon⚠ 🔞Contenido sensible, leer bajo su propia responsabilida...