Sentí que me tocaban la mejilla varias veces, arrugé el seño y luego recordé todo por lo que me levanté rápidamente.
- Eh, eh, tranquila niña - Miré a mi derecha y vi a la chica leopardo.
- ¿Q..Qué... sucedió? - Pregunté.
- Te salvamos de esos caballeros - Entra la chica águila sonriéndome.
- ¿Por qué te perseguían? - Pregunta la chica leopardo.
- Y..Yo em... - Comencé a jugar con mis dedos y bajé la mirada.
- Es la princesa Thea del reino de Abjasia - Miré rápidamente hacia la entrada de la carpa y ahí estaba el chico águila.
- ¿C..Cómo sabes e..eso? - Pregunté.
- No lo sé - Dice fríamente.
- Así que tenemos a una princesa muy importante en nuestro poder... eh... -
Lo que dijo la chica leopardo me hizo sentir un escalofríos recorriendo mi espina dorsal y el miedo invadió mi cuerpo. Miré un poco a mi alrededor para ver algo que podría usar como defensa por si intentaran algo...
- Hey Kitana, no digas esas cosas. La asustas - El de ojos de serpiente... James, entra a la carpa.
Que grande es esta carpa...
- Solo bromeaba Jamesy - La leopardo, Kitana, se levanta y se aleja un poco y James toma su lugar.
- ¿Cómo estás? - Preguntó.
- Bien... creo - Respondí.
- Que bueno ¿Tienes hambre? - Pregunta.
- No... pero gracias -
Asiente.
- Am... ¿Quiénes son ustedes? - Pregunté.
- Yo soy James, ella es Kitana, él es Adam y ella Ivy. Solíamos ser parte de la caballería de tu reino, ahora somos renegados - Dice James.
- ¿De mi reino? Pero... son... bueno... -
- ¿Cambia formas? Si, lo somos - Responde Kitana.
- Cuando se comenzó a decir que nuestra especie era peligrosa y despiadada, nos quisieron matar... - Dice el chico águila.
- Por eso huimos - Termina la chica águila.
- Comenzaron a perseguirnos hace seis años - Dice Kitana.
- Pero... entonces ustedes seguían siendo caballeros antes de eso... ¿Cómo nunca los había visto... ? -
Todos se pusieron a pensar y yo intentaba recordar a alguno de ellos pero sin éxito.
- Te me haces conocida, eso sí, pero no recuerdo haberte visto - Dice James.
Suspiré.
- Hey ¿Qué hacen todos aquí? -
Todas las miradas se posan en la entrada de la carpa y vemos al hombre que me había entregado a los caballeros pero que luego los habia matado.
- Jefe, solo hablábamos con ella - Dice James levantándose.
Él posa su mirada en mi, una mirada penetrante que me puso tensa y nerviosa.
- ¿Nos la podemos quedar? - Kitana se posa sobre mis hombros y aplastando mis mejillas.
No pesaba nada, parecía tener el peso de una pluma.
- Si, por favor Jefe, ya estoy harta de Kitana - Ivy también se acerca pero Kitana le lanza un bufido mostrando sus colmillos y esponjando su cola.
- Ten cuidado pajarito que te puedo cazar - Kitana se baja de mis hombros pero camina en sus manos y rodillas hacia Ivy de forma amenazante.
Ella abre sus alas para intimidarla pero no pasa nada más que miradas y ruidos de animal.
- Ivy, Kitana. Basta -
Todo queda en completo silencio al escuchar la profunda y demandante voz de su Jefe.
Kitana se sienta como un gato y agacha sus orejas, rodea su cuerpo con su cola y mantiene una mirada de disculpa.
Ivy se esconde con sus alas al rededor de su cuerpo con la misma expresión en su rostro.
El jefe me mira pensante.
- Yo... quisiera pedirles ayuda - Dije al fin.
- ¿Con qué? -
- A salvar a mi Reino - Dije, pero él bufa.
- ¿Y por qué deberíamos hacerlo? Después de todo para ustedes solo somos una plaga - Dijo molesto.
Me mordí el labio inferior y apreté las mantas entre mis manos. Tiene razón en actuar así... pero necesitaba la ayuda de quien sea...
- Les daríamos una recompensa si nos ayudan -
- ¿Joyas? - Pregunta Kitana.
- Y mucho oro, si es lo que quieren - Dije.
- Y que nos dejen vivir nuestras vidas y a las demás especies, en paz - Dijo James.
Asentí.
- Quiero hablar contigo a solas - Dice el Jefe.
Todos salen de la carpa y él se queda mirándome.
- Mira.. sinceramente, no me interesa en lo más mínimo tu asquerosa recompensa... Lo que quiero, es saber por qué mierda te me haces tan familiar... -
Me sorprendí cuando en un segundo ya lo tenía sobre mi en la cama agarrando mis muñecas a los costados de mi cabeza.
- Y aunque quisiera matarte... algo me lo impide y ni siquiera puedo dejar que otros te maten o lastimen... -
Parecía enojado y a mi me comenzaban a doler las muñecas por su agarre que cada vez se hacía más fuerte.
Me suelta una mano y me agarra las mejillas acercando mi rostro al suyo y mirándome a los ojos.
- No lo sé - Dije aguantando el dolor por su agarre.
Él se queda en silencio mirándome, intentando saber el porqué, pero luego bufa y se levanta.
- Te ayudaremos, tal vez consiga saber el porqué -
Sale de la carpa y yo miro mis muñecas.
¿Por qué le molesta tanto... ?
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PRINCESA
FantasyEl reino de Abjasia pasa por una espantosa crisis que hace a la princesa huir para buscar ayuda. Lo que nunca imaginó, fue que encontraría a un grupo de cambia formas que quisieran ayudarla siendo que le habían dicho tantas cosas horribles sobre esa...