Nos sentamos y me preguntaste:
-En una escala del 1 al 10, ¿Cuánto te dolió mi muerte?.-tan típico de ti.
-no tengo un número, es más no quiero hablar de ello- fue mi respuesta.
-pero me sigues viendo…
-ya nada es igual, ambos lo sabemos, ¿estas en mi imaginación? -suspiré
-entonces te volviste loca- sonreíste.
-si para verte tengo que estarlo, para mí es un honor.