De Todo X Lectores.

Twisted Wonderland x F.reader: Instinto de protección.

Cuarta parte de esta serie dedicada a Twisted Wonderland, con Riddle Rosehearts siendo nuestro protagonista de hoy!

Si, me aprendí las reglas de la reina de corazones para ser lo más coherente posible con los escenarios. Pero luego me di cuenta de que muchas son simplemente absurdas así que no vale la pena mencionarlas! Tiempo invertido en aprenderlas desperdiciado.
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Aquí tienes Riddle, un té con leche endulzado con miel. Y una porción de tarta de fresas- fuiste colocando cada plato delicadamente sobre su mesa con una dulce sonrisa.

Gracias, no hay nada más perfecto para una merienda- agradeció por tu servicio degustando cada bocado de su comida- debo admitir que me sorprende la gran variedad de platillos y el servicio de este sitio. Lo recomendaré entre los estudiantes de Heartslabyul como te prometí. Por cierto, ¿Cómo te está yendo?

Me alegro que te guste. Para ser sincera, ni siquiera yo le tenía mucha fe al trabajar junto a Azul en un principio pero poco a poco fui acostumbrándose a la atmósfera del lugar- comentaste limpiando una de las mesas vacías cercana a la de Riddle.

Bien por ti entonces. Eh oído que trabajar con él podía llegar a ser problemático pero pareces llevarlo bien- pensaba incrédulo dando otro sorbo a su té, desprendiendo un aura de serenidad y alegría con cada sorbo.

Te sonrojaste un poco al ver lo tierno que podía llegar a verse disfrutando de las cosas que le gustaban. Llenando tu pecho con una gran calidez y deseos de proteger esa pequeña sonrisa en su rostro, volviendo a lo que estabas haciendo- bueno, creo que no importan los problemas, mientras Azul sea feliz y sus clientes también- le dedicaste una sonrisa que él te devolvió, continuando con su merienda en silencio hasta terminar, retirándose del lugar.

Luego de algunos minutos, chequeaste la hora en tu reloj, tu turno casi terminaba. Por lo que fuiste a la cocina a reportar tu salida en el fichero de empleados. Te despediste de Jade y Floyd en la puerta, partiendo rumbo a Diasomnia.

En el camino pudiste notar como algunos estudiantes no te veían con muy buena cara, susurrando varias cosas. Entre ellas lograste divisar los nombres de Ruggie, Riddle y Azul. Cabe resaltar que no eran cosas muy bonitas. Algo entendible desde que los rumores de tus pactos se esparcieron por el campus una vez aceptaste trabajar en el Monstro Longue; territorio del famoso "pulpo mafioso y sus dos secuaces", con los que se dice que formaste una alianza en contra de Savanaclaw luego de un incidente con Leona y Ruggie, planeando atacarlos con la ayuda de los soldados naipes de Heartslabyul.

La gente realmente tiene mucha imaginación, ¿no?- hablabas en voz baja con tus sombras, quienes te pasaban todo el chisme entre risas de lo descabellado y exageradamente elaborado que todo eso sonaba. Si, tuviste un desacuerdo con los chicos de Savanaclaw pero que estaba resuelto, al menos Leona ya no te negaba la entraba al dormitorio. Hasta comenzabas a llevarte mejor con Ruggie, al dejarte acompañarlo a sus salidas de pesca en la que intercambiaban recetas y platillos con sus delegados a modo de acuerdo de paz.

Por otra parte, desconocías que pudo originar los rumores que involucraran a Riddle. Siendo lo único que se te ocurría su frecuente aparición en Monstro Longue para merendar, a donde iba por la tarta de fresa (que introdujeron al menú como sugerencia de tu parte a Jade).

¿A lo mejor el rumor tenía que ver con una posible conspiración en la que le ofrecías la tarta a cambio de favores para Diasomnia? Quien sabe, en el mundo de las teorías hasta la mentira más grande puede tornarse realidad de la forma más inesperada.

Tantos pensamientos solo hacían que te doliera la cabeza, deseando poder controlar el sonido y callar a todos de una vez. No te gustaba cuando las personas hablaban a espaldas de otras, siendo el motivo principal por el que acabaste en una amistad con Riddle y sobreprotegiendo a Malleus, no al punto de Sebek claro. Además, de comenzar a cargar con más sombras todo el tiempo para advertirte de los rumores que se esparcieran en el campus.