Prólogo

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El joven Sebastian tenía varías preguntas respecto a aquella chica.

Con su dieciocho años de vida, nunca había visto a alguien así. Veía chicas elegantes, sofisticadas y calladas, en su mayoría rubias pero nunca alguien como ella.

La primera vez que la vio fue en su concierto número cinco, Chess dijo que en ese bar los habían contratado para al menos tocar unas veinte noches, cada viernes.

Tocaban un cover de la canción You give love a bad name de Bon Jovi,  cuando la vio.

Se sentó en la barra, observó como intercambio unas palabras con el barman y luego consiguió una cerveza. Al voltear, Glam admiró su hermoso rostro, sus ojos verdes, esas pecas y ese ceño fruncido que tenía, toda ella era perfecta.

El cabello pelirrojo sobresaltaba entre el público, sin embargo, nadie la tomaba en cuenta y eso extrañaba al rubio.

¿Quién no puede ver a semejante obra de arte?.

Y antes de acabar la noche, en la última canción, la pelirroja deja el tarro de cerveza, se despide del barman y camina a la salida.

Después de esa primera noche, la siguió mirando por las noches siguientes.

Con el tiempo preguntó su nombre, Chess extrañamente conocía a todos los de ahí y le dijo toda la información que tenía de la chica.

Era huérfana junto a su hermano, tenían hogares temporales, ella asistía a una escuela pública en el centro y...

— Y en serio quiero que sigas viviendo así que no te metas con alguien como ella, es...diferente —.

Oh vaya que lo sabía.

Su amigo castaño le había advertido sobre ella, y aún así no podía evitar mirarla en cada concierto que daba su banda.

Mientras tocaba la guitarra, ella siempre los miraba sacudía un poco la cabeza y bebía de su cerveza. Su linda trenza danzaba con ella.

En la noche catorce, Glam la esperaba como siempre a la mitad de la primera canción, claro que ella llegó pero había algo diferente en ella.

Su cabello no estaba sujeto en una trenza, estaba sujeto en una coleta baja que ponía en libertad esos rizos pelirrojos y en su rostro se podían apreciar moretones y heridas.

Había un moretón en su mejilla izquierda, barbilla y se podía ver uno más en su brazo. Su labio se notaba abierto con sangre seca y al levantar su cerveza, sus nudillos estaban abiertos con sangre igual de seca.

A la pelirroja no le importó llamar esa noche un poco la atención, siguió con su noche normal mientras escuchaba la banda.

Hubiera sido un poco más tranquilizador el que esa noche haya sido la única en que llegó así, pero no.

Las noches siguientes llegó de la misma forma, aveces menos golpeada y otras más.

Glam se preocupaba por aquella chica misteriosa que le hacía suspirar, así que en la noche número dieciocho decidió acercarse.

En un pequeño descanso de 10 minutos de la banda, el rubio se abrió paso entre la multitud y unas cuantas fans que le querían hablar.

Al estar frente a la chica, no supo que hacer o decir, ella lo miraba con una expresión seria y su cerveza en la mano. Así que el joven Sebastian tomó aire y calmó sus nervios para poder hablar con tranquilidad.

— Hola Victoria —.













































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Su nombre es Victoria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora