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Yo me encontraba abajo del hombre que mi mamá encontró en el bar que ella trabaja.

—Oh cariño ¡joder!— gemía el hombre encima de mi.

Yo me encontraba callada.

—Habla mi amor, no seas tímida dime ¿te gusta que te dé duro?— dice y se entierra aún más en mi.

—N-no— dije apartando mi rostro hacia un lado.

—¡Callate!— dice el hombre y ma una bofetada mientras se entierra aún más en mi.

Después de unos 10 minutos de oír gemidos, susurros, y piropos hacia mi, de parte de él, por fin decidió terminar.

—¡Me vengo! ¡Oh si joder nena!— dijo al venirse, al oír eso no pude evitarlo y una lágrima cayó sobre mi mejilla.

—Eso me encanto, vendré mañana, ten 100 como dijo la señora— me dice el hombre mientras se vestía y yo tomo el dinero.

Y como siempre, siempre me dicen "ten 100 como dijo la señora" ellos piensan que somos como un equipo pero en realidad no, ella, mi madre, es la que me prostituye, así que digo lo mismo de siempre.

—Si, mi madre siempre cobra 100 dólares por una hora— digo y el se queda helado.

Siempre funciona, les remueve la conciencia.

—¿Madre? ¡Por dios niña ¿qué edad tienes?— pregunta confuso.

—Acabo de cumplir dieciséis— digo y hago una pequeña sonrisa.

Se viene lo mejor, es mi parte favorita.

—Eres una niña— me dice el hombre acomodando su camiseta.

—¡Eso no le importo cuando abusó de mi imbecil!— le grito y salgo de la habitación con solo una playera vieja y desgastada.

Después de eso el hombre se fue.

Me dirigí hacia la cocina y tiré el dinero en la mesa donde mi madre se encontraba tomando vino.

—Perra, nadie te va a querer— me dijo mi madre ya ebria.

Yo solo me quedo callada, cuando ella empieza a decirme cosas es mejor no contestarle pues se pone peor.

—Ya estas sucia, ya te tocaron, miles de hombres te han cogido ¿sabes que eso no es bueno? Claro que lo sabes y aún así sigues cogiendo con cualquiera que se te ponga en frente— me grita mi madre.

—¡Eso es tu culpa! ¡Tu eres la que me prostituye!— le grito con lágrimas en los ojos.

Ella se levanta de su asiento y me da una bofetada, seguido de la bofetada me tira hacia atrás haciendo que cayera al suelo y comienza a pegarme.

—¡Basta! ¡Sueltame!— le grito y la empujó hacia un lado, fue fácil pues ella esta ebria.

Después de eso mi madre se calmó, y yo me dirigí a el cuarto de mi hermano, para jugar.

—Uno, dos, tres ¡Ya voy!— digo y empiezo a buscar a Marco por toda la casa.

—¡Te encontré! Jajaja— digo al verlo escondido atrás de un sillón.

—Es trampa, no se vale, viste mi cabello.

—Eso es cierto, pero que más da ¡Es tu turno!

—¡No!

—No ¿seguro?— digo y le empiezo a hacer cosquillas.

Marco se reía y reía, el se movía de un lado a otro y de un de repente el tiro el jarrón marrón de mi madre.

¿want one? •richie tozier y tu•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora