Como todos los días me levantaba y saludaba a mi hermana, la cual dormía conmigo. Bajaba a desayunaba, me cambiaba h me dirigia w la escuela, como siempre llegaba tarde. La portera me pedia el cuaderno y se lo daba. Esa rutina ya me la sabia de memoria.
Al ser un colegio publico siempre rezabamos, nos leian la biblia y uno de los preceptores, Mariano, la explicaba.
Llego el momento de entrar al aula y como pasaba normalmente todos los dias las profesoras llegaban mas tarde, entonces la preceptora tomaba lista y llegaba la profesora. Esto era un lunes normal.
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All of me
TeenfikceNo siempre la vida es tan perfecta como parece. Este cuento demuestra eso