ONE-SHOTS. ~ 《MDZS》 ~

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[Mi hermano]

Pareja: Nie Mingjue y Nie HuaiSang.
Pedido de: Okami-Tsukiyomi (con meses de atraso pero aquí está)
Advertencia: Incesto.

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—¿Ya tienes todo? —pregunta su ahora hermano mayor quien está apoyado en el marco de la puerta de su ahora antigua habitación.

—Si —responde HuaiSang mientras cuelga su mochila del hombro y toma la maleta con su otra mano. Mira por última vez al lugar que era su fortaleza, su espacio. Ahora tendría uno nuevo, uno que no conocía y no quería.

Se giró y caminó hasta la puerta, Nie Mingjue seguía allí observando cada uno de sus movimientos. Cosa que lo inquietaba un poco, aun no se acostumbraba a la idea de tener un hermano y un padre cuando siempre fueron él y su madre, ellos dos solos y juntos. Pero ya no sería así, de echo había cambiado hace varios meses cuando su madre le había contado que su padre, su verdadero padre había regresado al país después de nueve años. HuaiSang tenía siete años cuando los dejó a él y su madre para volver con su antigua esposa, o eso era lo que le había dicho su madre en ese entonces, también le había pedido que por favor no lo odisea que el tenía sus razones. Su madre sin dudas aún lo amaba pero HuaiSang no pensaba de esa forma, simplemente lo ignoró y decidió creer que había muerto.

HuaiSang no quiso verlo cuando su madre le dijo que su padre había vuelto y quería conocerlo. ¿Por qué ahora? Ella le contó que su esposa de allá había muerto por una enfermedad y decidió que era mejor que su hijo mayor conociera al pequeño. Eso era otra cosa que lo hizo enojarse aun más con él, el muy hijo de puta tuvo un hijo antes de conocer a su madre, o sea que al final engañó a las dos mujeres. Nie Mingjue era tres años mayor que él y por mucho más alto. HuaiSang accedió a conocer a su padre y hermano por pura insistencia de su madre y al final ella, la que lo había criado y mantenido todos estos años se lo entregaba en bandeja de plata alegando que era por su propio bien. Ahora dos meses más tarde se estaba mudando a la casa del hombre, donde no se sentiría ni cómodo ni seguro, sin la presencia de su madre.

—Muévete —demandó HuaiSang al ver que Nie Mingjue seguía parado en la puerta.

El mayor de los dos se inclinó y se acercó a la altura del chico, estiró su mano y le quitó la maleta, se dio media vuelta y salió de la habitación. HuaiSang respiró profundamente y se recostó por un momento a la pared. Había otra cosa que lo molestaba y mucho más que cualquier otra y era el echo de que por alguna razón desconocida se sentía atraído por ese chico, por el que era su medio hermano y por el cual no debería de sentir esas estúpidas ganas de lanzarse sobre él y chuparle la boca.

[...]

—No te estreses, seguro te acostumbras rápido.