Capitulo 3- "Miradas"

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Le dirigí una ultima mirada fulminante a el muchacho que hizo que me enviaran a detención. Di media vuelta y camine hacia la puerta. Luego de abrirla y pasar, la cerré detras de mi con un fuerte portazo

— Maldito castaño de ojos bonitos —Pisotee el piso y me dirigí a la oficina del director.

Ya en la puerta de la oficina, la abrí.

— Director... —Dije tratando de llamar la atencion al adulto mayor de cabello canoso que se encontraba detrás del mostrador.

El director alzo la mirada. Cuando me vio parada en el marco de la puerta de su despacho, me miro sorprendido.

— Señorita Denovan, que raro verla por aca.

— Si, es que... —Tome un mechón de cabello y comenze a jugar con el.

— No importa... Sientate por favor —Señalo una silla frente a su escritorio.

Luego de esperar dos horas infernales, por fin toco la campana que indicaba el fin del día de clase.

Luego de esperar dos horas infernales, por fin toco la campana que indicaba el fin del día de clase. Me despedí del director, me colge la mochila y salí del instituto como alma que lleva el diablo.

Mientras camino a casa, saco mi celular y los auriculares, me pongo a escuchar musica.

El día esta horrible, pero tenía pensado salir a tomar un helado con Matt.

Me di vuelta, me quite los auriculares y chequee el lugar. Es que sentí a alguien detrás de mi, seguramente un perro.

Me di vuelta, otra vez... El muchacho de hoy estaba parado en frente mio.

— ¡Aaa! —Apoye mi mano en mi pecho, este latía a mil por hora— ¡Idiota! ¡Me asustaste!

— Disculpame Haley... —Se rasco la nuca— Hola...

Cerré los ojos y conté hasta tres.

— ¿Quien diablos eres? —Lo mire fulminante— ¿Y porque me sigues?

— Soy Felix, Felix Rosewood.

— Hola Félix Rosewood, —Recorde que el fue quien me envió con el director— Gracias por todo, eh... —Me miro arrepentido— ¿Y bien? ¿Porque me sigues?

— No te sigo, vivo a unas pocas cuadras de aquí, —Miro hacia una calle— pero cuando vi que eras tu quise pedirte perdón por lo de hoy, no fue con intención.

— Ah si, —Dije con tono seco y molesto— no estoy interesada en perdonarte, esa opcion ya esta descartada.

Esquive su musculoso cuerpo y seguí con mi camino. Escuche a alguien correr tras de mi.

—Piensalo al menos enana...

Pare en seco. Gire lentamente, imitando al exorcista.

—¿Como-carajo-me-llamaste?— Cerré los puños a mis costados.

— Enana, ¿te lo deletreo? —Me miro desafiante— E, n, a, n, a. Enana.

No encontré una respuesta a su ataque, porque si soy enana y no lo podía negar.

Salí corriendo de allí. Enojada no, furiosa.

— Haley... Era una broma.

Reí escandalosamente, me gire y le mostré mi dedo del medio. Volví a correr hacia mi casa. Llegue por fin, abrí la puerta y corrí a mi habitación.

— Haley! —Todos quieren matarme de un susto, ¿cierto?

— ¡Acacia, no me asustes así! —Me queje.

Ella solo me abrazo, le correspondi el abrazo porque... Bueno ¡es mi mejor amiga!

Se sentó en mi cama, la seguí. Saco de su mochila la libreta, la famosa libreta "Como no enamorarse".

— Hora de escribirla, Haley —Me miro divertida.

Tome una lapicera, me volví a sentar en la cama y pensé. Acacia hizo lo mismo.

— ¿Los chicos son narcisistas? —Pregunto.

La mire obvia, ella se encojio de hombros.

— Narcisistas, idiotas, —Recorde lo de esta mañana— Malas personas... Todo lo que se te pueda ocurrir, excepto lindos o buenos.

Acacia se quedo pensativa.

— Tal vez... Tal vez no todos son como Ryan, Haley —Ese nombre estaba en todos lados, y yo tratando de ignorarlo.

Ese recuerdo, ese que tratas de dejarlo en lo mas profundo de ti, ese que esperabas jamas recordar, ese recuerdo se repetía en mi mente una y otra... Y otra vez, como una cinta interminable de terror.

— Acacia en los cuentos de hadas, los hombres van corriendo a salvarte cuando una bruja esta apunto de atacarte, te defiende frente a sus compañeros y te trata como la unica mujer en la faz de la tierra... NO. Asi no es, si te habla en los pasillos es pura suerte, si se sienta con vos a comer es casualidad y si te defiende de alguien,  es fuera del Instituto. No se acuerdan de ti Acacia, —Horribles recuerdos invadieron mi mente— eres... una de tantas. Tratas de hablar con él y lo que consigues es que te ignore. Siempre va a poner primero su popularidad ante ti. Esto pasa por que ellos no buscan lo mejor para ti si no para ellos mismos, suelen usarte para conseguir buen polvo y despues te desechan...

Acacia me miro arrepentida, yo solo Sonreí forzadamente.

— Por que asi son, hombres, arrogantes,  narcisistas,  egocentricos y cautelosos

—Acacia encontró interesantes sus pies y comenzó a mirarlos— Todos iguales a Ryan Polands.

— ¿Que pasa si no es asi? Puede haber un hombre distinto a todos, Ryan no es el modelo de todos, era un idiota,  todos lo dijimos, sabias que te iba a lastimar pero te arriesgaste, dejalo de una vez.

— No es tan simple como suena Acacia...

Bajamos a comer algo, porque el estomago de Acacia parecía un león. Nos sentamos y esperamos a mi nana.

— ¿No se fue de viaje? —Acacia me hizo recordar.

Asenti y me pare de mi asiento.

— ¿Quieres un Latte? —Ella me miro confundida— Dejamelo a mi... Pero pasame mi celular.

Cuando Acacia me paso mi celular le levante la tapa, tenia treinta y cuatro llamadas de un número desconocido.

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Hola hermosos lectores! Como va? Espero que súper kul
Voten y comenten, si les gusta obviamente.
Muchas gracias! Mel y Tory

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2014 ⏰

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