Walter Browgeth
20 de Julio, del 2025.
Es realmente devastador saber que existen personas con intenciones malvadas. Desde niño creí que las personas, sin importar su pasado, tenían un mínimo de bondad en su corazón, pero al crecer pude comprobar que no siempre es así.
Ser un bombero no es para nada una tarea fácil, más aún sabiendo que puedes llegar a perder tu vida, por aquella vocación.
¿Lo grandioso de todo esto?
Es que si pierdes tu vida, lo haces con honores.
Volviendo a mi infancia, recuerdo que la idea de ser un superhéroe era un sueño que demasiados niños tenían. Tener poderes y con ellos poder combatir el mal, era uno de los míos.
Siempre quise tener súper fuerza, y poder volar, aunque también me hubiera gustado tener el poder de la invisibilidad, pero basándonos en la vida real, nada de eso era posible.
Así que tenía que conformarme con la aburrida vida, de un simple mortal.
Aunque eso no iba a detener mis ganas de hacer un bien común, así que desde que cumplí mi mayoría de edad, me uní al servicio de bomberos de la localidad en donde vivía. Fue algo difícil, porque a la vez que brindaba el voluntariado, tenía una carrera de ingeniería que seguir.
El apoyo de mi familia era incondicional, y las ganas de superarme también lo eran.
Sé que algo absolutamente imposible, como tener poderes, no lograría alcanzar. Pero lo que sí podía, era tener la valentía y el liderazgo que los verdaderos superhéroes tenían.
Sophie, la niña que salvé de aquel incendio, en medio de un edificio, me lo demostró.
La primer vida salvada.
La primer razón de seguir brindando mi apoyo absoluto.
Claro que tengo aún más motivaciones, como por ejemplo aquella vez que estuve a punto de perder mi vida. Tenía solo veintidós años, cuando una tienda de dos pisos estaba completamente en llamas, y cada bombero que entraba, tenía las posibilidades de nunca más salir, pero no me importó morir en el intento.
Ciento cinco.
Posiblemente para otras personas solo sea un número más.
Para mí, son ciento cinco personas que fueron salvadas aquel día, de morir de una de las peores maneras que existen.
Lo malo fue, que murieron cincuenta y tres personas, y entre ellos, grandes compañeros míos del servicio de bomberos.
Ese día, había sido la primera vez que estuve presente en la muerte desgarradora de demasiadas personas, pero pudo haber sido peor.
Hoy ya tengo 52 años, y dirijo el servicio de bomberos en la localidad de Wordleyn. Las primeras muertes que presencié, fueron realmente fuertes, y me dejaron marcado para toda mi vida.
La primera vez que presencié una, fue poco después de decidir ser un bombero.
Una casa estaba en llamas a causa de un grupo de chicos queriendo jugarle una broma a un adolescente. Él se encontraba dentro, y recuerdo perfectamente su nombre: Liam Bolten.
Murió aplastado por el derrumbe, a causa del incendio.
Recuerdo que quise abandonar mis deseos de servir mi ayuda, porque pude sentir la falta que haría aquel joven en el mundo.
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Acompáñame Al Lado Oscuro
Science FictionLa oscuridad nunca antes había impactado tanto en una persona, y menos en miles de millones de ellas, hasta aquella tarde de julio, donde algo tan común como un apagón, se convirtió en un peculiar suceso mundial. Posiblemente no sea conciderado un f...