Walter Browgeth
25 de Julio, del 2025.
Una de las curiosidades más grandes del mundo.
Una pregunta que todos alguna vez se hicieron.
¿Qué hubiera pasado si...?
¿Qué hubiera pasado si no hubiera podido correr el arma de mi cabeza?
¿El delincuente habría disparado?
¿Yo estaría muerto?
Si yo no sobrevivía, ¿dejaría solo, y sin respaldo a mí sobrino?
A veces creo que enserio tengo que arriesgarme siguiendo mis instintos, pero otras veces me lo cuestiono. Tal vez tendría que pensar muy bien, antes de actuar.
Y esa pregunta que demasiadas personas se hicieron— incluyéndome,— es absurda.
No cambia en nada tu presente, imaginando lo que pudiste haber hecho en tu pasado.
Pero si te sirve, para poder aplicarlo en tu futuro.
Así que sí, la pregunta es absurda. Pero no está mal cuestionarte decisiones que tomaste, siempre y cuando no te aferres a esos pensamientos, y te cubras los ojos, ante la realidad.
—Hijo, ¿Cómo estás?
—Bien, tío. Acabo de levantarme. En un rato voy a ir a entrenar un poco. Hoy te dan el alta, ¿verdad?— preguntó, desde la otra línea.
—Si, al medio día, aproximadamente. Me tienen que hacer las últimas radiografías, y me dejarán libre— aseguré sonriendo, a pesar de que él no puede verme.
—Iré a buscarte.
—¿Qué? No es necesario. Puedo tomar un taxi...
—Enserio, déjame ir por tí— me interrumpió—. No creo que sea buena idea que vengas solo. Tienes el brazo fracturado, y puedes hacerte daño en el camino.
—¿Crees que soy un niño?— me reí—. A demás no me fracturé el brazo, fue la clavícula. Y estaré bien, enserio.
—¡Oh vamos!— bufó—. Iré aunque te niegues, tú lo sabes.
Si existe alguien más testarudo que yo, es mi adorado y único sobrino. Ese sí que no se deja ganar por nada del mundo.
—Bien— suspiré rendido—. Puedes pasar por mí entre las dos, o dos y media de la tarde.
—Está bien— no podía verlo, pero sabía que en su rostro, adornaba una triunfante sonrisa—. Enserio eres mi héroe.
—Lo sé— e inevitablemente sonreí también.
Él es mi inspiración para todo.
Y mi motivación para seguir brindando apoyo.
Quiero ser para siempre, su héroe.
—Te quiero.
—También te quiero, tío. En unas horas nos vemos—, dijo antes de cortar con la llamada.
Este ya es mi quinto día en el hospital. Al parecer perdí demasiada sangre, y tendré que estar vendado, cortando completamente la movilidad de mi brazo izquierdo. Y estaré así, por unos largos meses, según Stuart.
Ese viejo está loco, si piensa que le haré caso.
—¿Qué haces fuera de tu habitación?
Que oportuno...
—Tranquilo, vine a estirar un poco las piernas— le dije a Stuart alzando una pierna, para verme más convincente.
—Tómatelo en serio, Walter. Si sigues mis indicaciones al pie de la letra, te recuperarás pronto— aseguró.
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Acompáñame Al Lado Oscuro
Ciencia FicciónLa oscuridad nunca antes había impactado tanto en una persona, y menos en miles de millones de ellas, hasta aquella tarde de julio, donde algo tan común como un apagón, se convirtió en un peculiar suceso mundial. Posiblemente no sea conciderado un f...