Capítulo 35: científico loco de 3000 años
Descargo de responsabilidad: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto y Percy Jackson es propiedad de Rick Riordan. No tengo esto de ninguna manera, así que por favor no me demanden.
Capítulo 7: científico loco de 3000 años
Annabeth presionó el símbolo en las puertas y se abrieron siseando.
"Demasiado para la arquitectura antigua", dije. Annabeth frunció el ceño. Juntos entramos. Lo primero que me llamó la atención fue el sol abrasador que entraba a través de ventanas gigantes. No es el tipo de cosas que esperas en el corazón de una mazmorra. El taller era como el estudio de un artista, con techos de treinta pies e iluminación industrial, pisos de piedra pulida y bancos de trabajo junto con ventanas. Una escalera de caracol conducía a un desván del segundo piso. Media docena de caballetes mostraban diagramas dibujados a mano para edificios y máquinas que parecían bocetos de Leonardo da Vinci. Varias computadoras portátiles estaban esparcidas por las mesas. Frascos de vidrio de aceite verde-griego con revestimiento de fuego en un estante. Había inventos, máquinas de metal demasiado extrañas que no podía entender. Una era una silla de bronce con un montón de cables eléctricos conectados, como una especie de dispositivo de tortura. En otro rincón había un huevo gigante de metal del tamaño de un hombre. Había un reloj de pie que parecía estar hecho completamente de vidrio, por lo que podías ver todos los engranajes girando. Y colgando en la pared había varios juegos de alas de bronce y plata.
"Di inmortales", murmuró Annabeth. Corrió hacia el caballete más cercano y miró el dibujo. "Es un genio. ¡Mira las curvas en este edificio!"
"Y un artista", dijo Rachel con asombro. "¡Estas alas son increíbles!" Las alas parecían más avanzadas que las que había visto en mis sueños. Las plumas estaban más entrelazadas. En lugar de sellos de cera, tiras autoadhesivas corrían por los lados. Mantuve mi mano sobre Riptide. Al parecer, Dédalo no estaba en casa, pero el taller parecía que había sido utilizado recientemente. Las computadoras portátiles estaban ejecutando sus salvapantallas. Un muffin de arándanos a medio comer y una taza de café estaban sentados en una mesa de trabajo. Me acerqué a la ventana. La vista exterior era asombrosa. Reconocí las Montañas Rocosas en la distancia. Estábamos en lo alto de las estribaciones, al menos a quinientos pies, y abajo, debajo de un valle extendido, lleno de una colección de mesas rojas y rocas y agujas de piedra.
"¿Dónde estamos?" Me preguntaba.
"Colorado Springs", dijo una voz detrás de nosotros. "El jardín de los dioses". Todos nos dimos la vuelta y una pared negra de pieles abordó al dueño de la voz. "¡Señora O'Leary, talón, perro tonto! Vi a Quintus siendo atacado en mi señora O'Leary. "Sí, yo también estoy feliz de verte, ahora quítate de encima". La señora O'Leary se bajó de él y nos miró.
"Tú", dijo Annabeth. "¿Qué has hecho con Dédalo?" Quinto sonrió levemente.
"Confía en mí, querida. No quieres conocerlo".
"Mire, Sr. Traidor", gruñó, "No luché contra una mujer dragón y un hombre de tres cuerpos y una Esfinge psicótica para verlo. Ahora, ¿dónde está DAEDALUS?" El soporte de Annabeth parpadeó en su mano. "Tienes que contar hasta 3 para decirme dónde está Dédalo antes de estrangularte".
"Él es es Dédalo". Dije,
"¿Qué?" Annabeth, Nico y Rachel preguntaron al unísono.
"¿Cómo podría ser Dédalo?" Annabeth preguntó
"Tiene una marca en forma de pájaro en el cuello". Señalé su cuello, y Dédalo se frotó el cuello. "Además, sus órganos internos son 100 por ciento sintéticos, artificiales, por eso no emite ningún chakra, por eso puede acercarse sigilosamente a mí, todo su cuerpo es 100 por ciento artificial". Extendí mi mano y el brazo de Quinto se separó de su cuerpo y voló hacia mi mano.
