•|Paranoia|• [•P•Libro #1]

Prólogo

La tarde en el pueblo de Shadowland estaba fría, con el sol cayendo por el oeste y el cielo oscureciendo poco a poco. Estaba nublado, dando un aspecto triste al mismo pueblo. Era como hubiese pasado algo realmente malo. Y es que así era. Pasó una gran tragedia en ese mismo lugar, logrando que el ambiente se sienta tenso.

En un hotel del pueblo, se encontraban varios policías entrando y saliendo. Estos revisaban dos habitaciones en general, la habitación B13 y la habitación B14. Ambas estaban completamente desordenadas, como si un tornado hubiese entrado y salido de ahí después de haber echo un desastre en el lugar. Dos policías, un hombre y una mujer, salieron del apartamento en dirección al auto policiaco, pero llevaban a cierta pelirroja agarrada de ambos brazos. Está no tenía otra opción más que caminar junto a ellos sin quejarse.

La pobre pelirroja tenía los ojos y nariz rojos por haber estado llorando. Los policías le abrieron la puerta de atrás del auto haciéndose a un lado para que ella sola entrara en el. La chica miró el hotel, pero elevó la cabeza para mirar en dirección a la ventana de su habitación. La observó con el ceño fruncido y abrió su boca para que salieran de sus labios.

— Todo es tu culpa — dijo hacía la ventana, pero era como si eso fuera para alguien en esta —. ¿Por qué?.

Su voz tembló cuando pronunció aquella pregunta. La mujer miró a su compañero y luego ambos miraron a dónde lo hacía la chica, la ventana del segundo piso del hotel. Ella hablaba como si le estuviera reclamando a alguien. Sin embargo, los policías no vieron a nadie allí. Se volvieron a mirar, preguntándose si quién veía esa chica, pero no dijeron nada.

La pelirroja se adentró al auto. Cuando por fin los policías entraron, arrancaron sin más. Miró por la ventanilla y echó un último vistazo al hotel, después llevó su mirada al frente suspirando preguntándose ¿Cómo pudo llegar a eso?, ¿Por qué tenía que ser tal alto el precio a pagar?. El querer solo divertirse con sus amigos la llevó a algo verdaderamente trágico.

Y todo comenzó por un estúpido video.