°Flujo den Destino° Primer libro
°Héroes° Segundo libro
°Memorias° Tercer libro
Luego de los indescriptibles sucesos y batallas qué sucedieron en DanaFord luego de la invasión de Maël y su séquito, nuestro grupo de protagonistas decide que DanaFor...
En una de las mas pequeñas ciudades de Anima, Argus, se encontraba una mujer acompañada de alguien de menor estatura que compartía su genero. Su largo cabello esmeralda estaba amarrado en una coleta trasera, vestía un camisón blanco algo arrugado y sobre eso, una sudadera corta que solo llegaba hasta su vientre, dejando su ombligo al aire, también vestía unos pantalones ajustados con rasguños en sus muslos y piernas como parte del diseño, la sudadera era de un color escarlata perdido, combinando con sus ojos. Aquella mujer era Hibana Rivers.
A su lado, caminando a su mismo paso, se encontraba su acompañante la cual compartía el mismo color de cabello que cierto helado. Su vestimenta compartía ciertos rasgos familiares que cualquier persona que haya visto las noticias de hace un año en Vale podría reconocer.
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~Créditos a su creador~ -----------------------------------------------------------
Ambas iban sentadas en el pequeño bus a rieles que la ciudad ofrecía como transporte publico. Hibana en sus manos llevaba un ramo de flores, pero no cualquier tipo, éstas eran rosas blancas, las mismas que aquel hombre le dio en su día de unión. Neo había seguido a Hibana como una nueva "Jefa", aunque por obvias razones no ocuparía el puesto que aquel pelirrojo alguna vez tuvo en su vida.
Su ida a Argus no era por simple diversión o turismo. Legalmente Hibana aun estaba registrada como esposa de aquel hombre, cosa que hacia que le llegaran todos los mensajes a ella y quizás algunos a sus dos hijos, (T/n) o Clarice. Aquel objetivo la llevaba a esa ciudad, hace unos días, cuando se encontraba con Neo en una expedición en Vacuo le llego un mensaje en forma de carta. En resumidas cuentas, su marido solo tenia dos meses de vida, tal vez menos si se descuidaba. Su viaje de visita era mas que solo para decir 'Hola' y ya, las palabras que su hijo le dio en Mistral en su estadia causaron varios agujeros en su ser. Remordimiento, culpa, odio a si misma, recuerdos, esos y muchos mas eran las cosas que la comían por dentro.
Al bajar del bus a riel se dirigieron hacia el hospital en el que aquel hombre se encontraba hospitalizado, era uno bastante grande a diferencia de muchos y de color blanco crema, sin mencionar que estaba bastante cerca de la base militar que Atlas tenia en Argus. El nerviosismo se veía presente en el rostro de Hibana, al igual que sus manos, las cuales temblaban. Neo al ver eso, tomo la iniciativa y empezó a empujar a Hibana por la espalda, entrando de esa manera al hospital y acercándose a recepción, llamando la atención de la mujer que estaba allí.
Recepcionista.- Dejando de lado el teclado de su computador "¿Puedo ayudarlas en algo, señoritas?"
Neo.- Tomando su scrool y empezando a escribir. Al terminar mostró su teléfono a Hibana
