Capítulo 2: Madre Doyra.

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Doyra se sintió cada vez más afligida y sola, el vacío que le dejó Nalú al irse helaba su piel, era una de las pocas Asium que emanaba vitalidad con tan solo verla, pero luego de su separación aquella luz se opacó, los ojos hinchados de Doyra, sus zonas acuosas a punto de desbordarse, la frialdad de sus polos intensificándose, temblando buscando algo de calor en su interior y los momentos de furia en que al sentir la injusticia de los tratos de su hija se manifestaban con estallidos de volcanes; en medio de su duelo, mientras miraba a su enana blanca, sintió que de su interior pequeñas partes se segmentaban y algo se movía sobre su piel, provocándole algunas cosquillas, sintió que la estaban habitando, curiosa y para distraerse un poco del asunto de Nalú, se proyectó sobre su piel, los Asium podían hacer una versión pequeña de sí mismos para analizar su cuerpo, empezó a caminar descalza, lenta y con algo de miedo por lo que se encontraría; divagando llegó al claro de un bosque, en el que un ser cubierto de lodo la miró a los ojos, se arrodilló ante ella y sollozo de alegría, al poco tiempo llegaron más y lloraban con entusiasmo, unos se tiraron sobre ella intentando abrazarla y otros simplemente sonreían un poco apartados, entre tanto uno gritó "MADRE", Doyra que estaba confundida, al sentir los brazos cubriéndola lloró con algo de gozo, al escuchar como la llamaron se aferró más a ellos y sonrió, riendo como nunca lo había hecho, gozando de una felicidad que nunca más tuvo, olvidando por un momento la tragedia de Nalú.

Estos seres estaban formados a partir de los elementos de Doyra, habían algunos de fuego, que al pisar dejaban en brasas el terreno, otros que inundaban sus alrededores con su presencia, los efectos cambiaban según de dónde nacieron, pero todos estaban profundamente enamorados de Doyra, juraron protegerla, una promesa que pactaron de manera verbal.

"Doyra si pudieramos definirte,

serías aquello que más amamos,

quererte, cuidarte y protegerte,

es lo que ahora te juramos.

Deja de llorar, detente,

tus lágrimas no merece,

sabemos que la amaste,

aunque fuese frívola e inerte.

Llenándote de lujuria,

aunque en su mente no existieras,

te destrozó, te manipuló,

acabando con tu tranquilidad,

estabilidad, seguridad de tu alma.

Pero tranquila, pero tranquila,

nosotros seremos tu pilar,

jamás te vamos a soltar.

Seremos tus guardianes,

te mantendremos impecable,

¡Sacrificaremos nuestra sangre

para cubrir tus debilidades!"

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2020 ⏰

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