Destino

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"La belleza no había traído a Psique felicidad alguna".

BaekHyun salio del oráculo llorando a lagrima viva, sus padres miraban con preocupación como su hijo de caía frente a sus ojos, y ellos, ellos no pudieron hacer nada. 

BaekHyun no había dicho ni una sola palabra desde que salieron del oráculo, sus padres suponían que había aceptado su destino amargamente. Llanto de desconsuelo, dolor y decepción, eso adornaba el rostro de BaekHyun en esos momentos.

Por su parte TaeYeon, la diosa Afrodita, esperaba con paciencia a que su hijo llegara, ya se había enterado de que su hijo le iba a cumplir, los lamentos y derrotas de otras personas, en este caso de ese simple mortal, se esparcían rápido. Eso fue demasiado fácil para su gusto.

TaeYeon estaba casi desnuda, con un velo traslucido cubriendo su hermosa piel porcelana, sus cabellos castaños estaban sueltos bailando al son del viento, mientras esta se acomodaba en uno de sus bellos asientos de mármol.

- Por fin..- Murmuro bajito la diosa.

En ese momento su hijo hizo presencia frente a ella. ChanYeol descendió de las alturas, mientras sus hermosas alas bajaban el ritmo a medida que se acercaba al suelo.

Afrodita no podía negar la belleza de su hijo, la cual obviamente heredo de ella. ChanYeol tenia un hermoso cabello rizado, blanco como la luz de la luna, piel pálida, alas grandes, suaves y muy fuertes, y un cuerpo bien formado, su aura es sensual, elegante y simplemente divina. Recuerda que quedo embarazada de ChanYeol cuando estaba teniendo una aventura con Ares, pero obviamente mintió diciendo que era de su esposo Hefesto, gran mentira que se tragaron todos, menos Zeus, pero había llegado a un trato con el.

- Madre..- Saludo ChanYeol haciendo una pequeña reverencia, ella le devolvió el saludo y levanto su mirada. Había olvidado que su hijo era demasiado alto, o ella muy pequeña. 

- ChanYeol, cariño.- Dijo sonriendo y haciendo un gesto para que se sentara a su lado. - Veo que te llego mi información. - Hablo sonriente.

- Claro que si madre, me dijeron que era urgente. ¿Que ocurre?- Pregunto un poco preocupado.

- Oh, no te alteres tanto hijo mio. Solo necesito un pequeño favor tuyo.- Le dijo y ChanYeol asintió.

- Claro, dime madre, sabes que haré todo lo que me pidas.- Sonrió y agarro la mano de su madre.

- Creo que ya estas enterado de aquel chico.. Aquel chico que los humanos comparan con mi belleza.- Dijo ella cambiando de semblante, ChanYeol lo noto. 

- ¿Te refieres al hijo de los reyes de Anatolia?- Pregunto un poco preocupado, ya sabia por donde iba la cosa, su madre era una envidiosa y vanidosa cuando se trataba de belleza.

- Si, ese tal Byun BaekHyun.- Respondió ella, y ChanYeol suspiro.

- Así que... Dime. ¿Que quieres del chico?- Soltó ChanYeol y su madre lo miro mientras sonreía. 

- Necesito que intercedas y lo hagas enamorar de la persona mas horrenda y vil que existe.- Dijo mientras sonreía. - Es la única forma de sacarlo de mi camino.- Se levanto y se acerco a ChanYeol.

- Madre, eso va en contra de mis principios y lo sabes.- Respondió negándose ante el pedido de su madre.

- Veo que eso de pedir favores no es lo mejor.- Dijo suspirando y negando levemente. - Te lo ordeno, y no quiero un no como respuesta.- Le hablo enojada.

- Pero..- Intento volverse a negar y su madre lo tomo de una oreja.

- ¿Acaso estas sordo?- Le hablo en el oído mientras sonreía con cinismo.

- No, no lo estoy.- Respondió y se alejo rápido de su madre. - Siempre te he odiado, pero te trato con cariño por el simple hecho de que alguien me lo pide, pero esto es un acto de egoísmo y envidia.- 

- ¡Hazlo por mi!- Grito desesperada.

- ¡No pienso dañar a alguien solo por tu estúpida vanidad mujer!- Le devolvió el grito.

- Entonces hagamos un trato.- Propuso calmándose a sí misma. 

- No pienso caer..- Murmuro y TaeYeon lo miro.

- Es la ultima cosa que te encargare, después de esto me puedes ignorar si quieres.- Soltó y ChanYeol la miro con el ceño fruncido.

- Bien, pero no me volverás a dirigir la palabra, a menos que sea algo verdaderamente importante.- Dijo después de pensarlo un poco.

- Como gustes.- Dijo y le dio la mano a ChanYeol cerrando el trato.

ChanYeol todavía se preguntaba el por qué había aceptado ese trato, pero muy en el fondo estaba aliviado. Su madre nunca le había contado la verdad, la verdad de que su padre no era Hefesto sino Ares, y eso le dolía, porque Hefesto era feliz sabiendo que tenia un hijo con ella, si el tan solo supiera de aquella mentira. De esa y muchas mas. 

El dios llego a su templo mientras pensaba una y otra vez sobre como buscarle una pareja desagradable a aquel chico. Pero sus planes se fueron por el barranco, cuando lo sintió llegar al templo. Inesperado. 

Observo escondido al chico, bajito, de cabellos color miel, ojos azul cual pedazo de cielo, su piel brillante cual alabastro retroiluminado, labios rojos cual cristal rosa vivo existiera. Hermoso, fue la primera palabra que se le vino a la mente al dios.

El chico, aquel que su madre le dijo que debía destruir su felicidad, estaba ahí, en su templo. Se acerco a su estatua, junto sus manos y se arrodillo a rezar.

- Querido Eros, dios del amor y la pasión.- Comenzó a escuchar atentamente lo que el chico estaba pidiendo. - Mi nombre es Byun BaekHyun, hijo menor de los reyes de Anatolia. Hoy he venido aquí a pedirte que cambies mi deprimente destino. Mi belleza solo me ha traído desgracias tras desgracias, por lo cual yo quería pedirte que me salves de este tormento, escuche que siempre logras salvar a las personas de su tristeza y soledad. Me parece que todo lo que haces es maravilloso, un dios que ilumina el camino con amor, así que pensé que tal vez también podías ayudarme.- Le confeso al dios, y este solo lo miraba con sorpresa. - Un dios que le es fiel a sus principios...- Esa ultima frase retumbo en la cabeza de ChanYeol. "Principios" . - Así que espero me puedas escuchar gran Eros, se despide BaekHyun.- Finalizo el chico y ChanYeol miro la elegancia con la que se iba.

El cuerpo del dios quedo paralizado, nunca lo habían adulado de aquella manera. Se notaba que el alma de aquel chico era pura y hermosa, pero solo emanaba tristeza, tristeza debido a su soledad. Pero aquel chico no era vanidoso, ni egoísta ni mucho menos egocéntrico. 

- Discúlpame madre, pero no le puedo hacer tal daño a tan hermoso ser. - Murmuro ChanYeol y suspiro.

🌸🌸🌸

Holaaaaa, espero se encuentren bien. El día de hoy decidí traer capitulo nuevo, debido a que necesitaba distraerme un poco y despejar la mente, por lo cual logre escribir con éxito este capitulo eh eh. Espero le haya gustado, y nos vemos en el próximo capitulo. Lxs quiero mucho.

Sin mas que decir.

Me despido.

Calíope.

Le mythe d'Eros et PsychéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora