Harry encendía la calefacción del hogar para mantener la casa a una temperatura agradable.
—¿esta bien así?— se sentó a un lado de Louis, quien se encontraba comiendo galletitas bajo miles de mantas por el frio.
—está perfecto, gracias.— se inclinó con dificultad para dar un beso en su mejilla, porque su pancita estaba demasiada grande por el bebé.
Esa noche la pasaron entre abrazos y sonrisas al ver una película de dibujos animados, por último patadas que el pequeño daba dentro de él, Louis se quejaba y Harry regañaba al bebé por golpear al castaño.
Harry cantó para Louis, relajándose cayeron en un profundo sueño hasta el siguiente día.
[...]
Louis había llegado al hospital alrededor de 4 horas atrás.
Sintiéndo malestares en su pancita y bastante dolor, contracciones cada 20 minutos, y al pasar de las horas el dolor se le hacia bastante intenso e insoportable.Harry prometió cuidar de él, tomando su mano en todo el trayecto al lugar de emergencias, recordándole que estaría a su lado sin importar que.
los doctores le habían dicho que tenia que esperar afuera por protocolo, mientras atendian a Louis.
2 torturosas horas fueron para el rizado, sin tener ninguna noticia de su Lou.
—¿usted es la pareja de el paciente Louis Tomlinson?— el doctor frotó sus manos con nerviosismo mientras Harry posaba su mirada en la bata ensangrentada de él.
—s-si.— un suspiro entrecortado salió de sus labios, deseando a que todo estuviese bien.
—estamos haciendo lo posible, su bebé esta sano, pero él perdió demasiada sangre, su pulso es muy bajo y podría...— el rizado le interrumpió.
—necesito verlo.— trataba de mantener sus pies firmes a cada paso que daba para lograr llegar hasta la habitación, estar al lado de Louis, su bebé.
En el momento que la puerta estuvo abierta frente él su corazón empezaba a latir lentamente, dando pasos hasta la camilla dónde estaba el castaño, temiendo en hacer un mal movimiento que le lastimase, se veía tan frágil e indefenso.
tomó su delicada mano, se encontraba fria y pequeña a comparación a la suya.
el verde trató de ver el brillo en el azul, pero solo habían lágrimas de por medio, y un azul opaco.
relamió sus labios al intentar hablar, pero su garganta se encontraba seca, y dolía. —harry.— susurró.
—mi Lou.— sus labios temblaban mientras quitaba las lágrimas de sus mejillas.—estaremos bien.—
Se convencía si mismo de lo dicho, pero no parecía ser así. hizo una promesa, prometió cuidar de él hasta que la muerte los separe. Un 28 de septiembre cuándo sonaron campanas, y si es posible se amarian en otra vida si se volviesen a encontrar.
parpadeaba lentamente porque sus ojos pesaban, y su respiración era entrecortada. Con dificultad acarició la mejilla de Harry, soltando una pequeña sonrisa, su cuerpo dolía.
tomó un largo respiro para formular una siguiente oración.—c-cuidarás de nuestro bebé, serás un buen padre.
Te amo.—la vida le había dado uno de los últimos momentos, recuerdos las veces que el rizado cantaba para él canciones de dulces sueños mientras le abrazaba para mantenerlo cálido a su lado, susurrando mil veces lo cuánto se amaban. Y cosas que sucederían, un Harry sonriente cargando a su bebé, él no estaría presente, lo sabia.
—no tienes que hablar, no gastes tu energía.— frotó sus pulgares alrededor de sus mejillas acariciando su suave piel.—es momento de descansar, cierra tus bonitos ojos, mi pequeña mariposa.— su voz quebradiza, retiró sus lágrimas.
tenía que ser fuerte, fingir que no dolia, y cuidar de su hijo. Louis siempre fue un ángel, perteneciente a la tierra, ¿por qué tenía que irse? lo necesitaría, prometieron estar juntos.Louis asintió, su delicado rostro cayó al mismo tiempo que sus ojos se cerraron.
El pitido de la máquina que registraba su pulso cardíaco parecía ser un dolor de oído molesto, pero no era comparado a lo que Harry sentía, la presión en su pecho era dolorosa, sus mejillas mojadas que descansaban en la fria mano de Louis.
se rehusaba a la idea de que él no estaría más, su angel.