TRANSFORMACIÓN

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Pasaron 5 años, hasta que ambos cumplieron 21 años, cinco años en los que entrenaban sin descanso en una sala especial y les iban dando equipamiento para su inserción en el cuerpo de La Sombra.

Les proporcionaron la ropa típica de los ninjas de allí, pero estas tenían líneas azules en los bordes para diferenciarlos del resto del equipo.

Les dieron guantes y refuerzos interiores hechos de keblar que actuaban como puños americanos, capuchas para taparse el rostro casi por completo, dejando solo los ojos a la vista.

Steve eligió las cuchillas, y las estrellas ninja como armas principales. Pero Peter no escogió nada y lo dejó para más adelante.

Llevaron a ambos a una sala debajo del patio donde siempre entrenaban.

Una sala luminosa llena de científicos y dos grandes camillas de metal.

Ambos siguieron las instrucciones de los que los acompañaban.

-Tumbaos ahí y no os mováis- dijo uno de los científicos- No os podréis mover hasta nuevo aviso, ¿Entendido? Podría generar malformaciones.

Ambos se tumbaron en sus camillas y respiraron hondo.

- ¡Actívenlo todo! - gritó el coronel Leider- Inyecten todo lo que nos queda de los sueros X2 y La Mancha Negra en 5...4...3...

Unos tubos se colocaron encima de ellos como su fueran a succionarles el pecho, unas agujas se clavaron en ellos y algunos científicos les agarraron de pies y manos extendiéndoles verticalmente.

- ¿Qué es la Mancha Negra? -le preguntó susurrando Steve a uno de los científicos que tiraba de él.

La Mancha Negra es un suero que reducirá vuestra percepción del dolor al 100% para evitar distracciones y asegurar el éxito del experimento y de las misiones.

Steve y Peter se miraron un poco asombrados.

Las camillas se elevaron un metro y el tubo introdujo más las agujas en sus pechos, los científicos controlaban mientras tiraban de sus extremidades con fuerzas, y otros vigilaban el estado de las máquinas como los signos vitales de los dos críos.

- 2...1...adelante-dijo el coronel.

Unas agujas dentro de ambas máquinas atravesaron los huesosos, también otras agujas más pequeñas se inyectaron en sus piernas y la espalda de ambos, inyectándoles ambos sueros en sus cuerpos. En ese momento una potente descarga cargó las agujas que estaban siendo inyectadas en sus cuerpos.

Ambos gritaban en la camilla, su masa muscular comenzaba a crecer descontroladamente y su altura al mismo compás gracias a los científicos que les estiraban para facilitar y forzar ese crecimiento.

La luz se fue en toda la manzana dada la potencia y energía que necesitaban las máquinas. Las cuáles desprendía una gran luz cegadora de los paneles de control

Pasó un rato bastante largo y la luz cesó.

-Apáguenlo ya- dijo el coronel Leider observando desde las escaleras.

Al desenchufarles del tubo y sacarles todas las agujas se pudo ver a Peter y Steve, ahora medían casi 30 centímetros más que antes, su masa muscular había aumentado exponencialmente comparado con su estado anterior, pero nada exagerado. Ambos estaban exhaustos y jadeando un poco mareados.

-Ha sido un éxito señor- agregó uno de los científicos mientras secaba su sangre con toallas donde las agujas habían penetrado. Y el resto comenzaron a aplaudir alegres.

- ¡Por el progreso! - gritaron todos repetidas varias veces al unísono juntos con el coronel Strucker.

El coronel tomó un sorbo de una botella que le trajeron para celebrar- Hoy nos despedimos del Homo Sapiens y su perecedera forma, no somos como los Homo Deus que está allí afuera, aquellos monstruos perdidos, hoy hemos dado un paso intermedio en la escala evolutiva, el Homo Superior, y aquí tenemos a nuestros dos privilegiados- dijo señalando con su copa a Peter y a Steve.

Minutos después llegaron a ambos a una sala donde pusieron a prueba sus habilidades nuevas.

Fueron implacables, sus reflejos aumentaron esquivando todos los golpes que intentaban dar sus contrincantes de prueba y devolviendo todos los golpes rápida y eficazmente.

-Mi más sincera enhorabuena a ambos- dijo el anciano- Y, por cierto, ya que Steve ha seleccionado su armamento quería regalarte esto a ti Peter.

Peter vio como el anciano sacaba ambas espadas de Kelium y se las entregaba a Peter- Las espadas más resistentes, ligeras y afiladas del planeta, indestructibles.

Peter las agarró emocionado, miró al anciano de vuelta y dijo con total sinceridad- Gracias, seré digno de ellas.

-Por eso son tuyas hijo- respondió este y con una sonrisa añadió- Empezáis mañana. 

SILVER BLADE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora