《No es lo que parece》

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¿Obsesionado?

¿Enfermo?

¿Psicótico?

Serían algunos adjetivos que quedarían perfecto para Steven Grant Rogers, un chico de 20 años, Rubio, de tez blanca, delgado, y de baja estatura que en este momento parecía ser otra persona.

- No debiste insinuartele a Stark... Te lo advertí bastardo - soltó con repulsión aquel rubio "inocente y tranquilo" que todos conocen en la Universidad, mientras golpeaba con rudeza a Hammer, quien estaba amarrado de manos y pies, sangrando de todos los lugares posibles, y en este punto a segundos de caer inconsciente ante tanta tortura, jamás hubiera imaginado que invitar a Stark al cine terminaría así...

Al caer en la inconsciencia, Steve sonrió con sorna, le parecía una maldita obra de arte, ver el cuerpo de su contrincante lleno de sangre, con cortes por todo el cuerpo, y su marca resaltando en la espalda de este, un cráneo con tentáculos impreso cual ganado, Sí, esa marca sería permanente, quedando como un recuerdo palpable para ese hombre, si en algún momento decidiera acercarse a lo que por derecho le corresponde...

- Nadie se mete con lo que es Mío - dijo, para seguido cambiar sus ropas, metiendo todo en una maleta que después incineraria en casa, debía desaparecer las pruebas de sus acciones, aunque... ¿Quien va a sospechar de alguien como él? Tan sumiso y pequeño

Sin saber que a unos metros un castaño presenciaba el suceso más increíble de su existencia.

Oh! ¡Maldita sea! ¿Es normal que me excite tanto al ver esa escena? - se preguntó Tony, quien acalorado se pasaba las manos por su ondulado cabello

- Sabía que había algo en él, por eso me intriga tanto, ¡Joderrrr! Entonces es él, él es quien ha hecho que todo aquel que me corteje sufra un accidente, y todos con la misma marca, primero Aldrich, después Rumlow y ahora Hammer...

- Se que esto está jodidamente mal, pero no lo siento así, es... Extraño, una sensación de deseo, realmente deseo ser follado con la misma rudeza que he visto que puede dejar salir, ese rubio será mío, y yo estaré a su lado, sí o sí, nadie me lo va a impedir - afirmó caminando de un lado a otro cuál león enjaulado, esperando la oportunidad de salir y acabar con lo que este a su paso, obstruyendo su objetivo... Y la primera en su lista sería Sharon Carter.

¡Esa zorra oxigenada!, sabía que estaba tras su rubio, y por más que intenta alejarla ella sigue cuál garrapata, Tony estaba seguro de lo que haría... El se lo dijo por las buenas, y no entendió, entonces... ¿Qué más da si es por las malas? Ver a Steve le dió varias ideas que pondría en práctica con Carter, y después iría por Margaret, aunque sabe que será más complicado, la prima mayor de Sharon es muy inteligente, cosa que puede retrasar sus planes.

Las Carter tienen gustos parecidos, cosa que se hizo notar con más intensidad cuando quedaron idiotizadas por Rogers, cosa que solo hizo enfurecer al castaño que le hecho el ojo desde el 1er día, nadie lo sabía, pero el estaba interesado en Steve Rogers, ese menudo rubio que parece incapaz de matar ni a una mosca, cosa que solo lo hizo mostrar más intriga, sabía que detrás de esa imagen de sumiso, se hallaba algo oscuro, algo que complementaria su ser, y se ordenó averiguarlo a como diera lugar.

Con el paso de los días, empezó a observar de lejos al chico de los orbes azules, persiviendo hasta el mínimo gesto, ese que pasaba desapercibido para los demás, que cuando frunce la ceja derecha y muerde ligeramente su labio inferior quiere decir que está concentrado, ese gesto lo percibe más cuando están en clase de Arte, ese pequeño joven tiene la gran habilidad de las artes plásticas, para ser más específicos, todo lo que es pintura y dibujo, se esmera en cada detalle, por más pequeño que sea.

//Con el rubio//

Al llegar a casa Steve con mucha calma tomó la maleta y salió a la cochera buscando la gasolina y los cerillos para quemar su ropa antes de que alguien lo viera.

Mientras observaba como poco a poco se incineran las prendas sonrió al recordar la agonía que mostraba Hammer, ese maldito idiota que se atrevió a acercarse a su castaño para "invitarlo al cine" nadie merece al gran Anthony Stark, ni siquiera el mismo, pero no pierde nada alejando a quienes se toman tantas libertades...

Y quizá se pregunten ¿Cómo es que está tan tranquilo al saber que sus víctimas tienen el conocimiento de su identidad? La respuesta es simple, Steve es tan inteligente y sádico, que sabe que puntos debe traumatizar para generar perdida de memoria a corto plazo, cosa que lo mantiene en el anonimato a la hora de cumplir con su cometido.

Mientras tanto, Tony seguía impresionado, pero al mismo tiempo ansioso por observar lo de hace unos minutos, seguía algo incrédulo, pero de igual manera el sentía que lo sabía desde el principio.

Al ver la escena se sintió inspirado para hacer algo parecido con las Carter...

//Horas Después//

Después de analizar la situación en el parque llegó a una gran conclusión, Así que rápidamente se fue a su casa, para seguido encerrarse en la habitación y comenzar con los planes para deshacerse de las Carter.

- Ok... para empezar lo primero que haré será deshacerme de la más inteligente, vaya que es una genio y excelente líder, juro que si no le gustará mi hombre hasta seríamos grandes amigos y socios en un futuro lejano, así que seré un joven benevolente con ella, quizá un intercambio escolar todo pagado a Londres, es algo que se merece y así ganaremos los 2, ella fuera de mi camino y estudiando en un prestigioso lugar como Oxford, sin tener que lastimarla. -

*Hablar en voz alta siempre le ayuda a Tony a poder organizar sus ideas, formar una más concreta y lograr plasmarla*

- Por otro lado tenemos a la Zorra Sharon, como la odio maldita perra, para ella pienso en algo mucho más doloroso, podría montar un accidente automovilístico, quizá que la atropellen o... Un asalto a mano armada, Sí, definitivamente el asalto con quizá algún disparo no mortal, suena más doloroso y traumático - sonrió ante tal idea - Dejaré un recado con el asaltante para que se lo diga, algo así como "Steve es mío perra, alejate o a la próxima no lograrás sobrevivir" ¡Oh sí! Puedo sentir su temor, tendré que estar cerca para saborear su insitante agonía, pero sin llegar a evidenciarme, claro.

Volvió a sonreír ante sus palabras, al fin podía dejar libre un poco de quien en realidad es, podía ser las dos personalidades sin ningún problema, pero más cuando se trata de su Rubiecito Steve, vaya que es un maldito GENIO, pero uno verdaderamente psicópata, sin duda alguna, estos dos serán el uno para el otro, ya veremos que depara su destino.

¿Psicótico Amor? 《DarkStony》EN EDICIONWhere stories live. Discover now