Dark Pit & Pit: One-Shots

Una pocion tentadora (parte 1)

Narradora
En el templo de la luz se encontraban el angel castaño y el angel de alas oscuras ayudando a la diosa peli verde con algunas de sus pociones pero no todo era silencio, ya que los dos angeles empezaron con una de sus típicas peleas.

¡¡¡QUITATE MARIONETA!!! –grito furioso el azabache a su gemelo de alas blancas–.

No era necesario que me gritaras –dijo el castaño con cara de perrito triste al azabache–. Estoy junto a ti, Pittoo

No me llames así –reclamo el de ojos carmesí al de ojos zafiro–.

Pararon de discutir cuando la de ojos esmeralda los llamó, acercandose a ellos.

Chicos, dejen de pelear, podrían derramar alguna de las pociones –dijo la diosa viendo a ambos angeles–. No saben que efecto puedan tener sobre ustedes

El castaño asintio, mientras el azabache rodo los ojos.

Necesito que me traigan dos pociones del cuarto del caldero –dijo la oji esmeralda a los dos angeles–. Una es morada y la otra azul

Yo ire, Lady Palutena –dijo el castaño con entusiasmo y sonriendo–.

La peli verde río ligeramente al entusiasmo característico de su capitán y el castaño se fue a buscar lo que la diosa pidió y después miro al oji carmesí.

Pittoo, necesito que tu traigas unos libros de la biblioteca del templo –explicó la diosa dándole un pequeño trozo de una hoja de papel al azabache–. Estos son los que debes buscar

¡No me llamen Pittoo! –reclamo el de alas oscuras mientras se iba a la biblioteca con la hoja que le entregó la diosa–.

El azabache llegó a la biblioteca y empezó a buscar los libros que había en la lista que la diosa le dio, una vez que tomó los libros que estaban escritos en aquella lista, los cargo y puso la hoja sobre el libro que estaba hasta arriba de toda la pila que se encontraba cargando.

Empezó a caminar de regreso con la peli verde cargando los libros, escucho unos pasos muy apresurados ir hacia él, giro la vista hacia el sonido de aquellos pasos viendo que era Pit, pero era demasiado tarde para que Dark Pit pudiera hacer algo, ambos chocaron haciendo que el azabache cayera al suelo con los libros desperdigados a su alrededor, y que las pociones que el castaño llevaba se derramaran sobre el oji rojo.

¡¡¡¡Pit-Stain!!!! –gruño el azabache mirando aquellos líquidos azul y morado derramados sobre el para empezar a levantarse viendo al castaño de manera asesina–.

Lo siento, Pittoo –dijo el castaño nervioso al ver la cara de su gemelo oscuro–.

Me las pagarás, maldita marione... –no término de hablar el azabache ya que cayó al suelo desmayado–.

El castaño se acercó alarmado a su gemelo.

¿Pittoo? –dijo el de ojos zafiro preocupado moviendo al azabache del hombro pero este no reaccionaba–. Iré por Lady Palutena

Dicho eso, el castaño corrió donde se encontraba la peli verde, al llegar estuvo a punto de volver a chocar pero esta vez con la diosa.

Pit, ¿que te dije de correr? –pregunto la peli verde viendo al oji azul–.

Lady Palutena –dijo el castaño nervioso–. Es Pittoo, derrame accidentalmente sobre él las pociones que pidió y se acaba de desmayar

Al oir eso la diosa, fue hacia donde se había desmayado el azabache, el castaño la siguió preocupado ya que desconocía el efecto de ambas pociones y ahora se habían combinado al caer sobre el de alas oscuras, por lo que el efecto sería peor, aquella idea rodaba en la cabeza del castaño.

Al llegar vieron que el oji carmesí había despertado y se había levantado agarrándose la cabeza.

Uhhh... ¿Que fue todo eso? –dijo el de ojos rojos un poco aturdido y con una voz femenina–.

La peli verde y el castaño al ver al azabache se sorprendieron.

¿Que tanto me miran ustedes? –pregunto serio el de ojos carmesí al notar que lo miraban Palutena y Pit desde hace rato–.

Al momento de que cruzó los brazos se dio cuenta de un detalle.

¿Pero que? –dijo el de ojos rojos–.

Palutena apareció un espejo donde se vio reflejado el azabache, el de alas oscuras se acercó al espejo que la diosa había aparecido y vio su reflejo.
Ahora tenía el cabello largo hasta la cintura, sus facciones faciales se volvieron más finas, tenía un poco ancha la cadera, sus piernas habían adelgazado ligeramente, vio sus manos dándose cuenta que sus uñas estaban pintadas de negro, vio que tenia pechos grandes y que su altura disminuyó un poco.

¿¡Pero que demonios?! –exclamó la ahora azabache viendo sus redondos atributos–. ¡¿Porque oppai?!

Lo que tenías atrás se te fue enfrente –murmuro el castaño evitando reir–.

¿Que dijiste, Marioneta? –dijo la oji carmesí viendo de manera seria–.

Antes de que el castaño pudiera responder, la peli verde habia tomado a la azabache de los hombros, haciendo que esta viera a la diosa.

Cambiate esa ropa, ahora te queda grande –dijo la peli verde sonriendo–.

La de alas oscuras vio su túnica en el suelo notando que solo llevaba puestos su short y su camisa de tirantes.

(Maldita sea...) –pensó la azabache–.

Algo la saco de sus pensamientos, el castaño estaba tocando uno de sus pechos, la de ojos rojos le dio un golpe en la cabeza.

Aunque seas mujer, sigues golpeando fuerte –se quejó el castaño poniendo una mano en su cabeza donde la azabache lo golpeó–.

¿¡Que crees que hacías!? –reclamo la de alas oscuras cruzando sus brazos–.

Es que me dio curiosidad lo que tienes en el pecho –se excusó el castaño viendo a la azabache–.

¡Acosador! –grito la oji carmesí y después vio a Palutena–. ¿Tienes el antídoto para que regrese a la normalidad?

Por desgracia, no –dijo la peli verde haciendo que la de alas oscuras suspirara–. Pero la puedo hacer, aunque tardare un poco en hacerla

¿Cuanto tiempo sería? –pregunto la oji carmesí–.

No hay tiempo establecido, Pittoo –explicó la diosa–. Debo ver que elementos tenían ambas pociones para crear el antídoto que necesitas para volver a la normalidad, hasta entonces deberás quedarte así

La azabache asintió en respuesta, el castaño volvió a acercarse a ella tocando uno de sus pechos, la de alas oscuras se sonrojo dandole una cachetada al ojos azules haciendo que se alejará.

Baka... –susurro la azabache–. (Esto será complicado)

Continuará...