capítulo #6: miradas silenciosas

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Notas antes de iniciar el capítulo:

Holaaaaa, hace muxo que no actualizo:)))
Es que he estado ocupada haciéndome pendeja, y bueno, yo dejé este capítulo pendiente, pero aquí estoy actualizando a las 12:22 AM
Espero les guste, avisando desde ya que hay incesto +16 :)
Ahora disfrutennnn💞
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Se encontraba sentado en una banca, miraba pasar a los transeúntes, esos ojos azulados con ojeras del insomnio, sonreía de medio lado dejando a la vista algunos de sus dientes que terminaban en una filosa punta, cruzaba sus piernas mientras movía una de ellas, las personas de alrededor le juzgan de loco por esas pintas, ¿Quien carajos se pone a mirar de esa forma? No lo negaría, ellos estaban en lo cierto, no sabía exactamente porque sonreía, pero a la vez, tenía un presentimiento de que algo pasaría.

Llega un bandera tricolor y se sienta al lado suya sin formular alguna pregunta o tan siquiera una palabra, se conocían, tenían un conocido y un propósito en común, más sin embargo dejarían el tema para otro momento, ese día se trataría de tomar un poco el sol y pasear, aunque bueno, muchos les miraban muy raro, el tricolor se digna a tomar la palabra, preguntando por esa persona en especial -¿Qué tal con la chica? ¿Todo bien?- suelta por su boca mientras sonríe de lado, la sonrisa del otro se borra, roda los ojos, estaba fastidiado de esa mujer -Está queriéndome adelantar a lo planeado, es todo, es un desastre esa mujer, olvídalo, toquemos otro maldito tema- decía el bandera roja, ambos se levantaron y comenzaron a caminar. Silenciosamente daban pasos, ni una sola palabra de su boca, en compañía, pero solos a la vez, en su paseo solo sonaban los transeúntes pasando, riendo y bromeando, en eso resuena la voz del tricolor, sacando de sus pensamientos al sonrisa afilada. -ya te has dado cuenta, ¿No?- dice este mirando de reojo al otro, quien le miraba curioso, sin saber a qué se refería el tricolor, el mencionado sonrió de medio lado, con esa mirada decía todo, como pensaba, seguía despistado en esa situación.

-venga ya, ¿Qué carajo me dices? ¿De que mierda no me he enterado? ¿Es otra de tus jugarretas, tricolor de mierda?- el otro ya acostumbrado al vocabulario del fascista, ríe ante lo dicho -venga venga, tranquilo hombre, no es ninguna jugarreta, hablo en serio- dice aún sonriendo, pero maliciosamente, el ojiazul estaba desesperado, era un verdadero fastidio que oculte algo -¡Vamos! ¿De que se trata?- enfadado comienza a revelar esos dientes puntiagudos que posee, como un perro rabioso, el ojiverde suelta una carcajada ante el comportamiento de su compañero.

-Vamos hombre, ¿Tan despistado eres? Se trata de tu hijo, ¿No notas su comportamiento?- entre risas mira al pelinegro, quien se encontraba pensativo, ¿Que? ¿A qué se refería? -Pero a qué mierda te refie,,,- le corta el habla chistando, el otro gruñe, pero al final siguen caminando.

Una mirada a lo lejos, fría y serena observa cada paso de ambas banderas, cada movimiento es apreciado por el gran bandera roja de escudo dorado.

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-Él aún no está aquí...- mencionaba un lindo muchacho igualmente tricolor vertical, dientes levemente afilados y una mirada con un ligero brillo de tristeza, un ojiverde introvertido y tímido de gafas, lágrimas salían de sus ojos, que se encontraban cristalizados por las lágrimas, comenzó a abrazarse a si mismo, con una de sus manos toma su cabello con leve fuerza, cerrando sus ojos, aquella persona que anhelaba tanto no estaba en casa, pero no solo por ese día, incontables ciclos de día y noche se encontraba fuera de su hogar, él solía salir de vez en cuando más sin embargo nunca pasaba tanto tiempo fuera de casa.

Pronto, tal cual escuchó la puerta, se levantó de su lugar, aún con lágrimas en sus ojos, preocupado, va a la sala, a recibir a la persona que llegaba. Era su padre, quien pensativo mira al suelo, sin notar la presencia de su hijo en frente suya, el tricolor se lanza y lo abraza, mientras calla esos sollozos en forma de forma de pequeños sonidos, restregando su rostro en el hombro del mayor, sin haberse quitado las gafas, el fascista parpadea rápido y se talla los ojos, notando que su hijo se encuentra inestable mientras lo rodea con sus brazos, este, sin saber que hacer, lentamente levanta los brazos, tratando de abrazar a su unigénito, al captar que había estado ausente varios días lo aprieta en brazos dando pequeñas palmadas en la espalda del pobre muchacho.

El amor surgido de una tragedia |URSS x México Countryhumans| CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora