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Una rubia desesperada se encuentra moviendo la cabeza hacia todas partes, tratando de buscar a una morena de ojos gatunos. 

Corre en todas direcciones, tratando de esquivar las lápidas que hay por el suelo, aunque sin conseguirlo demasiado algunas flores caían al suelo. "Mierda" Seguía corriendo por el cementerio, de forma desesperada, localizando cada señal que pudiera indicar que Jennie estaba ahí. 

el número al que llama está apagado o fuera de cobertura

"Jennie..." Se para en seco para coger gran cantidad de aire. La verdad es que ese campo santo era inmenso. Inclinada hacia abajo y apoyándose en sus rodillas para respirar, se incorpora, y finalmente la ve: coleta alta ondeando al viento, rostro agachado tapado por sus pequeñas manos, sus lágrimas desbordando de ellas.

Se dirige hacia ella lo más rápido que puede y la abraza sin avisar. Puede que estuviera invadiendo su intimidad en ese momento, pero cualquier persona en esa situación necesitaría un abrazo, y Lisa no dudó en dárselo. 

Jennie no vaciló y se escondió en su cuello, apretando su torso con fuerza y llenando su hombro de lágrimas. Lisa acarició su cabello, sosteniéndola firmemente también. Rodó los ojos y consiguió ver las tumbas: Katherine Ruby Jane y Byung-Sung Kim, sus padres.

"No me voy a ir de aquí, Jen" Dijo Lisa suavemente sin dejar de acariciarla. "Estoy contigo" En ese momento Jennie se aparta tratando de limpiarse las lágrimas, cosa que no funcionó.

"No merezco nada de esto" Se quebró su voz. "Yo debería estar ahí enterrada y no mis padres" Se giró volviendo a mirar las lápidas, agachándose y depositando las manos en la fría piedra llena de flores. 

"Jen... No..." Lisa se dirigió hacia ella con tristeza.

"¡No me toques!" Gritó Jennie desesperadamente. "No lo entiendes, no soy como crees, hago daño a la gente, está en mi naturaleza" Decía entre lágrimas, no podía parar de llorar. "Lastimé a Jisoo, incluso te lastimé a ti muchas veces..." Se dejó caer en el áspero césped, abrazando sus rodillas y hundiendo la cabeza entre ellas. "Soy un monstruo"

"Sí, y yo soy hetero" Soltó Lisa, sentándose a su lado. "Mira, Jen," Colocó sus manos debajo de su barbilla para alzarla y así mirarla directamente a los ojos. "No eres ningún monstruo. Los monstruos no brillan. Y tú brillas. Siempre lo has hecho... eso es lo que me enamoró de ti sin apenas conocerte."

De alguna manera las lágrimas de Jennie pararon, acumulándose en sus ojos. Su corazón empezó a relajarse como por arte de magia.

"Desde la primera vez que te vi lo supe. Tú no eres así, te hicieron ser así. Todo lo que pasó en el instituto con aquel chico, las burlas constantes, aquel accidente..." Volvió a mirar a las lápidas, suspirando. "Nada de eso lo escogiste, y tú simplemente trataste de seguir adelante aunque no quisieras, le echaste valor, y aquí estás. Y yo siempre he visto el brillo que hay en tu oscuridad, porque es lo que realmente eres, una chica llena de luz, y no una mala persona."

"Eso no justifica toda la mierda que hice" Apartó la mirada, sintiéndose totalmente avergonzada.

"No, pero al igual que yo, todos cometemos errores." Arrastró los mechones que caían por su rostro y los colocó detrás de su oreja, acariciándole la mejilla. "Jennie, yo creo en ti."

Lisa se apegó totalmente a ella, volviendo a agarrarla de las mejillas, quedando muy cerca de su rostro. "Como bien te comentó Jisoo, yo soy tu ángel de la guarda, ¿no?" Sonrió cálidamente Lisa, acariciando los labios de Jennie con el pulgar. 

"Sí." Jennie necesitaba sentirla, y la besó, temblorosa, con miedo. Incluso Lisa notó cómo le temblaban los labios, así que aseguró el beso esta vez abrazándola por la cintura.

"Eres demasiado buena, Lisa..." Susurró después del beso, apoyándose en su hombro y mirando de nuevo las lápidas y las bellas flores que yacían en ellas.

La rubia esbozó una sonrisa, siguiendo la mirada de Jennie hacia las flores mientras la acariciaba suavemente, observando el lindo atardecer que se había formado a lo lejos.

"Me hiciste ser así. Tú y solo tú, Jen."