Capítulo 2: Hudson Lane.

72 2 3
                                    

A la mañana siguiente, me desperté demasiado temprano. Cuando miré el despertador me quedé atónita, eran las 5:30, no podía ser que yo, la misma que necesitaba ponerse diez alarmas para despertarse, se hubiese levantado a esa hora y sin despertador.  Para mi sorpresa, no pude volver a conciliar el sueño, así que me quedé pensando en la primera cosa que se me había pasado por la cabeza al abrir los ojos, el chico de la clase de lengua. No podía ser que yo estuviera pensando en él, ¿Por qué? ¿Que necesidad tenía yo? Ninguna, pero era inevitable.

*¿Qué haces pensando en él Melissa?*

La verdad, ese chico siempre me había resultado un tanto misterioso.

Sonó el despertador a las 6:30, y me dirigí al cuarto de baño para asearme. Después de darme una ducha y vestirme bajé a desayunar. Mi madre estaba preparando el desayuno, esta vez, crepes.

-Buenos días cariño.

-Buenos dias mamá.

Me sirvió dos crepes que por cierto, estaban deliciosos.

Cogí mis cosas, después de desayunar, y me dirigí hacia la puerta, cuando mi madre me llamó.

-¡Mel!

-Sí mamá, esta vez llevo el desayuno.-mi madre soltó una risita y se despidió de mí tirándome un beso.

Me volví a encontrar a Lina, cómo no. Pero esta vez se mostraba diferente o tal vez yo la notaba de esa manera.

Para mi asombro no comenzó a hablarme de ninguna de sus amigas ni de sus estúpidas aventuras durante los fines de semana, esta vez me habló de Mike.

-Últimamente ya no se os ve tan juntos. ¿Estáis bien?

*¿Qué coño le importaba a esa niña mi vida privada? No lo sabía pero me limité a responderle algo sencillo.*

-Sí, cosas nuestras, nada importante.

-Ah vale.

Una vez en clase, el profesor de historia empezó a dar la lección mientras yo me sumergí en mi mundo, donde podía evadirme y pensar en mis cosas. No era nada personal con el profesor, simplemente no me gustaba la Historia, y menos el arte.

Empecé a darle vueltas a lo mio con Mike, ¿qué podía hacer yo si no estaba bien? Dejarle, ¿verdad?. De acuerdo, lo difícil estaba en cómo iba a hacerlo.

Al acabar las clases me dirigí hacia la cafetería, tenía que hablar con Mike.

Llegó diez minutos más tarde que yo. Se despidió de una rubia y vino hacia mí.

El muy imbécil intentó darme un beso pero lo aparté, vamos, una cobra en toda regla.

-¿Qué haces rubia?- me dijo sin siquiera mirarme a los ojos.

-No me llames rubia, porque no lo soy, al igual que tampoco soy una de esas putitas con las que andas últimamente.- le contesté sería.

-Venga, no me hagas reír, eso son tonterías tuyas.- me respondió con soberbia.

-Mira, déjalo.- le contesté en tono borde.- hablaremos más tarde.

*¿Es que se creía que yo era gilipollas? De verdad, me desquiciaba.*

Me fui a comer con Jamie. Yo llevaba arroz con carne y ella pasta de colores, así que lo compartimos. A su madre, la señora Dally, no se le daba muy bien cocinar pero esta vez la comida estaba muy buena, por lo que supuse que la había hecho su padre.

Durante la comida, estuvimos hablando de nuestras cosas y opté por contarle lo que estaba pasando entre Mike y yo.

-¿Cómo que vas a dejarle? Es broma, ¿verdad?.- preguntó sorprendida.

-No, es que últimamente no siento lo mismo, y él tampoco. No sé, todo ha cambiado.- le respondí sin ganas.

-No te entiendo.- contestó incrédula.

-¿Qué quieres decir?

Jamie no pudo responderme porque sonó el timbre y tuvimos que marcharnos a clase.

Llegué al aula de Física. Observé toda la clase en busca de un asiento libre y sólo había dos. Uno al lado del chico guapo de ojos color miel y otro delante suyo.

*y tu estúpida manía de llegar tarde a todas partes. Ahora tenía que estar pegada a él. Muy bien Melissa. *

Me senté delante suyo, y empezó la clase.

El profesor pasó lista y al llegar a él, descubrí que, definitivamente, era nuevo cuando el profesor dijo:

- ¿Señorita Steel?

-Aquí.- se oyó por el fondo de la clase.

-¿Hudson Lane?- preguntó el profesor mirando a toda la clase.

-Sí, aquí.- se oyó detrás de mí.

Me giré y le vi, al chico de la clase de lengua, con la mano levantada.

*Así que Hudson Lane.*

Me giñó un ojo a la par que me sonreía suavemente, pude sentir el calor que se iba acomulando en mis mejillas por segundos. El chico más guapo de todo el instituto me estaba sonriendo, a mí. Parecía que ese chico empezaba a resultarme interesante.

*¿Podía morirme yaMenudo tío. *

Entonces volvió a pasar por mi mente, Mike. Tenía que hacer algo ya.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora