9 de enero de 2019

1.6K 103 21
                                    

   Los días pasaron muy lentos desde que Amelia me dejó en mi casa aquel 28 de diciembre por la tarde. Ese día lo disfrutamos segundo a segundo y solo salimos de la cama para lo justo y necesario. Ninguna deseaba esa despedida, pero tenía que llegar tarde o temprano.

   Nos pasamos los días con WhatsApps y vídeollamadas. Casi siempre estaba en casa de la madre porque decía que sin mí, no se sentía segura en la suya, ¿PUEDEN ENTENDER LO BEBÉ QUE ES?

   La noche de Año Nuevo me mandó una foto de cómo iba vestida...

  Yo solo deseé haber pasado esa noche con ella y hacer que la ropa acabara en el suelo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

  Yo solo deseé haber pasado esa noche con ella y hacer que la ropa acabara en el suelo...

 
  Hoy 9 de enero, vuelvo a mi rutina personal de pasarme por el colegio. Ella empezó ayer y mi ser interno quiso ir, pero mi yo racional se frenó ante esa idea.

   Voy casi a la hora del recreo, como de costumbre y estoy entrando cuando ella va saliendo de la sala de profesores. Me ve y se para en seco en medio del pasillo.

- Hola, mi niña - se me acerca y me da dos beso (oh sh*t! Here we go again) - ¡Feliz Año! ¿Qué tal?

  Con las ganas que tengo de darle un beso y tenemos que seguir como si no hubiésemos estado desnuda hace unos días atrás.

- Llegas a venir ayer y ves lo que me regalaron.

- ¿El qué?

- ¡Una planta carnívora!

- ¿En serio? - me río

- ¡Sí! - está tan ilusionada

- Me alegra que te gustara. Amo tu casa, pero las moscas de la cocina no son bienvenidas - le susurro.

- A mí tampoco, pero jamás pensé en esa opción. Aunque... El otro regalo también estuvo genial.

- Perdona lo poco - me lleva hasta la sala de profesores para hablar tranquilas.

- De poco nada, Luisita. Ni siquiera esperaba que me fueras a regalar, mis regalos fueron antes de Reyes - me sonrojo al recordarlo - Y... Ojalá celebrar así todas las fiestas.

- ¡Yaaa, callaaa! - me tapo la cara avergonzada y ella se ríe.

- ¡Bobita! - susurra

  Los niños empiezan a bajar al recreo y nosotras salimos de nuestra burbuja

- Me toca patio, ¿vienes? - asiento - ¡Qué ganas más tontas de besarte!

- Hazlo

- No seas mala - le guiño un ojo y me voy. Oigo que dice algo refunfuñando, pero no llego a entenderla y sonrío.

  En el patio no dejamos de mirarnos y cuando subimos al café estuvimos hablando normal... Como de costumbre.


11 de enero de 2019

¡MI CUMPLE!

  Mi primer cumpleaños a su lado y lo mejor es que se va a enterar justo hoy cuando llegue con el bizcocho para todas. Nunca habíamos hablado del tema, aunque yo del suyo sí me acuerdo. Historia que ya contaré cuando llegue el día.

   Hoy espero por ella en el café, las demás profesoras me van felicitando a medida que cogen un trozo de bizcocho... Aquí lo de la dieta, la verdad que lo llevan un poco regular, pero yo las apoyo.

  Cuando aparece por la puerta, siento que se ilumina la habitación. Lleva mi chándal favorito, yo ya me doy por regalada y felicitada con ese outfit. Me ve, sonríe y me toca el brazo.

   Antes de llegar a la comida, Lourdes dijo que es mi cumpleaños a lo que ella responde mirándome repentinamente.

- ¿Es tu cumple? ¡Cumpleaños feliiiiiz, cumpleaños feliiiiiz...! - se me acerca feliz y me da dos besos y un abrazo que ojalá no hubiera acabado nunca. Coge su trozo de bizcocho y me mira -¡Está muy rico!

  Mi cabeza solo piensa en lo rica que está ella con esa ropa y sin ella.

   Toca la música que anuncia el final del recreo y yo me quedo en el café recogiendo todo. Ella vuelve a entrar y cierra, quedándose apoyada en la puerta.

- ¡María Luisa Gómez! - pego un brinco y la miro - ¿Por qué no me avisaste de tu cumpleaños antes?

- No tenías obligación de saberlo.

- Soy tu pareja, creo que es algo básico y además, no tengo regalo.

- ¿Y? - me acerco a ella despacio y la beso dequitándome todas las ganas acumuladas que tengo.

- Pa... Para... - la miro - Si sigues no voy a poder parar y debo dar clase. - Vuelvo a besarla.

- Ya tengo mi regalo y es mejor que nada material. Estar contigo es un regalo diario.

- Sí, sí... Muy profundo, pero sigo enfadada. Me voy - pongo las manos en la puerta dejándola a ella en medio, le lamo, le mordisqueo y le beso el cuello hasta sentir que ha subido la temperatura.

   Me separo de repente y la miro.

- ¡A clase!

- ¡TE ODIO! - me río a carcajadas mientras ella se va, ahora sí, con motivos suficientes para estar enfadada conmigo. Se da la vuelta y me sonríe. ¿Cachonda? sí, pero muy feliz.

  Jamás me hubiese atrevido a hacer eso en su trabajo, pero hoy me lo puedo permitir, ¿no?

A: *Esto no quedará así, cabrona*

L: *Te amooooo*

A: *Yo también, pero enfadada*

  Y la cosa sí queda así porque el destino no quiere que nos veamos hasta dos semanas después...

----------------X-----------------

Capítulo un poco tranquilito para ir volviendo a la rutina...

Gracias por seguir aquí! 😘😘

La Maestra y La (no) Alumna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora