- ¡Qué peliculón! - grita Davinia nada más encenderse las luces.
- ¡Eh...! ¡Sí! Estuvo muy guapa - escucho a Amelia reírse detrás de mí.
- ¿Ahora qué vamos a hacer? - pregunta la mini rubia.
- ¿Qué te apetece, mi amor?
- No sé, elijan ustedes. Como si quieren irse ya.
- ¿Estás cansada?
- Un poco.
- Pues vámonos, entonces. ¿Te queda con abu?
- ¿Están las primas?
- Creo que sí.
- ¡Valeeee!
- Bien, pues pasamos por casa a buscar las cosas.
- Mamá, aún tengo todo en casa de abuela.
- Cierto, pues vamos.
Cuando Davinia no nos mira, me acerco por detrás a Amelia.
- No me irás a presentar a tu madre ya, ¿no? - se ríe.
- No, boba. Ella sube sola, pero mi madre ya sabe de tu existencia, así que... Cuando estés lista.
- Es broma, ¿verdad?
- ¡No! Tuve que contárselo. No se lo tomó a mal, al contrario, me dijo que mientras fuera feliz, ella está bien con esto.
- ¡Madre mía! Pues nada... Si quieres, subo.
- ¿Quieres tú?
- ¿Para qué alargarlo? - la he visto sonreír en muchas ocasiones, pero ninguna se compara a la sonrisa que se le forma al oírme. Su emoción es tan grande que hasta me coge de la mano.
- ¡Te quiero! - me besa en el cachete y así, de la mano y sin soltarnos, vamos en busca del coche.
En 10 minutos llegamos a la casa y estoy hecha un flan, solo espero gustarle a la madre.
-¡Mamá! Ya llegamos.
- Hola, mi hij... ¡Oh! ¿Es ella? - a Amelia se le ilumina la cara.
- Sí, mamá, ella es Luisita. Luisita, Devoción.
- Así que tú eres la muchachita que tiene loca a mi hija, ¿eh? ¡Encantada!
- I... Igualmente.
- Es más guapa en persona, hija. Muy bien.
- ¡MAMÁÁÁ! - ¿puedo convertirme en avestruz y esconder la cabeza bajo tierra? ¡Qué vergüenza!
- Solo digo la verdad. ¿Van a tomar algo?
- No, nos vamos, queremos aprovechar lo poco que queda de tarde.
- ¿Ya? Pero si aún no he tenido tiempo de conversar con mi nuera.
- Otro día, mami. Te lo prometo.
- Bueno... Pues ven que te dé un beso, mi niña - me acerco con timidez y me abraza. - ¡Gracias por hacer feliz a mi hija!
Al separarnos le sonrío. Madre e hija se despiden también y luego nos despedimos de Davinia.- ¡Vamos, Luisita! - me coge la mano y salimos de la casa. - ¿Qué tal?
- ¡Bien! ¡Muy bien! Tu madre es muy agradable.
- ¡Sí! Es la mejor del mundo. Bueno... ¿estás lista?
- ¿Para qué?
- Para nuestra noche...
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La Maestra y La (no) Alumna
FanfictionLuisa Gómez y Amelia Ledesma tienen un pasado en común como (no) alumna y maestra respectivamente, que les ha llevado a una situación un tanto particular. (Ninguno de los personajes que aparecen me pertenecen)