Una sonrisa a la vida

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Hoy me había levantado como toda mañana, pues me alisté y como casi todos los días de la temporada llegué antes a la primera clases, suelo caminar por los pasillos del área de clubes del instituto porque me gusta ver cómo cada quien se enfoca en lo que es y desea ser, es impresionante ver cada talento, luego para ir a mi área de clases debo pasar por las canchas –básquet y fútbol– quedaban retiradas por ello no podía ver bien quien jugaba, aunque me parecía ver a alguien conocido, yo no suelo acercarme a esa área porque no soy muy amante a qué me patéen las canillas, y el básquet es bueno, pero no como para mí.

Llegué hasta el alfajor que rodéa la cancha y ví a una chica vestida obviamente deportiva, con un pasa montañas, parecia que estaba recogiendo sus cosas, se le callo un libro, lo recogió y lo metió nuevamente a su bolso y apresuró su paso para alcanzar a otra chica, casi perdiendole el rastro ya que iba a salir de la cancha por el lado hacia los baños, ví que se quitó el gorro y su cabellera castaña rizado se vio libre en el viento, ella se la desordenó y luego la empezó a desenredar con las manos; ahí recorde a la chica de antes, era ella, esa cabellera tan hermosa y llamativa – sí otros dirían que estoy loco y que me voy a obsecionar con ella– la verdad no soy así, ví la hora en el celular y camine a máxima velocidad al aula, llevaba unos veinte minutos atrasados.

Ya casi llegaba a la puerta para entrar y llegó un mensaje...

Termine de llegar, el profesor no estaba en su escritorio, pensé que estaba rondando por los últimos puestos, pues el profesor de literatura es como un lobo acechando a su presa, me pare en la puerta pero no lo ví entre mis compañeros, así que entre rapido y me acomode en uno de los últimos asientos.

Unos minutos después pasaban unas chicas por el pasillo, yo no solía ver más allá de mi nariz, ésta vez estaba pendiente por si lograba ver a la chica de nuevo y para mi puta buena suerte pasó con la otra chica de antes, pero ahora vestida con su uniforme normal de falda –Recuerdo que me sentí como si fuese visto un Dios– quise levantarme para ir a verla un poco más pero el inoportuno profesor atravesó la puerta así que deje caer mi cuerpo a medio pararme; ví mi celular y la luz azul indicaba un mensaje, recordé que antes había llegado, presioné ensendido para ver de quién era.

1 Mensaje de (Diego ¿?).

Preferí no revisarlo, deslice el celular dentro del bolso y saque mi libreta. Después que terminó las dos casi que infinitas horas de la clase salimos porque había reunión de  profesores, me quedé sentado revisando el mensaje mientras todos salían:

1 mensaje (Diego)...

lo abrí:

///Hola buen día ¿Qué tal?///

Pensé en responder pero ya era algo tarde, ví hasta la puerta y ya no había nadie en el aula, me levanté y salí de ahí, buscaba entre la multitud, intentando ver a la chica de los rízos, pero no obtuve resultado; termine de salir y caminado a la estación llego un mensaje, seguí caminando y unos minutos después volvió a tintinear, saque el celular del bolsillo de mi pantalón y presioné el encendido para ver de quién eran:

2 mensajes (Diego ¿?)...

Desbloqueé mi celular y procedí a revisarlos.

/// Hola no respondiste ¿Estas bien? ///

///Parece que te resultó una molestia ¡Disculpa! Habla cuando lo desees///

Presioné para responder...

///Jajaja no pana tranquilo, era que estaba en clases ¡Estoy fino no te preocupes!///

No tardó nada en responder...

One Tear Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora