Taehyung estaba cerca de la ventana observando cómo la lluvia caía, en sus manos sostenía una taza de chocolate caliente que lo hizo reír, se sentía como en una película.
— ¿Pasa algo? ¿Debe preocuparme que te rías solo?
Escucho la voz de Yoongi detrás de él y después un beso en su mejilla.
Taehyung negó.
— ¿Por qué no bebes chocolate? — preguntó él menor sin dejar de ver por la ventana.
— Es muy dulce. — respondió él mayor—. No me gustan las cosas dulces, bueno, solo tú.
Taehyung chillo y comenzó a reír.
— ¡Eres demasiado cursi Min Yoongi! — se quejó él menor entre risas, pero se giró dejando la taza de lado y acunar el rostro del mayor.
Yoongi sonrió por la calidez de las manos del menor.
— Me gusta. Dime más cosas bonitas. — pidió él menor.
Yoongi comenzó a reír.
— Lo siento, solo leí esa frase en internet, si me das diez minutos... puedo decirte un poema. — respondió divertido.
Taehyung comenzó a reír y se acercó a besarlo, rompieron el beso, pero él menor continuó dejando besos cortos sobre los labios del mayor siendo el sonido de sus labios al chocar lo único que se escuchaba en la sala.
— ¿Aún no te cansas? — preguntó él mayor mientras el menor seguía besando sus labios después de un par de minutos.
— Nop. — respondió él menor.
Yoongi subió una de sus manos impidiendo que él menor se apartara, alargando el beso, Taehyung sonrió unas graciosas cosquillas en su abdomen, culpando de inmediato la manera lenta en la que Yoongi lo besaba.
Abrió sus labios al sentir la lengua de Yoongi acariciar su labio inferior. Continuaron besándose durante un tiempo más, al romper el beso Taehyung se sonrojó, viendo los labios rojizos del mayor.
— Me gustan más los besos largos. — habló él mayor.
Taehyung lo abrazó, escondiendo su rostro en el cuello del mayor, respirando su fragancia, le encantaba su fragancia. Sonrió las manos del mayor rodear su cintura y suspiró.
— Me gusta besarte. — murmuró él menor rodando sus labios con la piel del mayor.
— Me gustas. — respondió Yoongi.
Taehyung chillo y se apartó.
— Basta. — se quejó. Yoongi le sonrió.
— Espero que en un rato más deje de llover para así regresar a tu departamento. — murmuró él mayor cambiando el tema.
— Me gusta aquí. — respondió.
— Podemos venir cuando quieras. Esta casa de campo la construyó mi padre con el propósito de pasar fines de semana aquí, cosa que jamás pasó, solo la amuebló y adornamos con cosas personales. Con el tiempo se convirtió en una tipo bodega familiar. — se encogió de hombros.
Taehyung asintió entiendo por qué fueron hasta ese lugar por un vestido y joyería para la madre de Yoongi.
— ¿Nadie viene? — preguntó con curiosidad.
— Vine algunas veces cuando era más joven. — le sonrió—. En invierno el lugar es precioso, puedes sentarte frente a la ventana y ver la nieve caer o simplemente cocinar cosas deliciosas, recostarte a ver televisión cubriéndote con mantas. Pero al entrar a la universidad deje de venir, la idea de manejar el trayecto hasta ya no me emocionaba demasiado. — respondió.
— Sí tú quieres... podemos venir algunas veces y... hacer un picnic. — murmuró él menor.
— Cuando quieras. — le respondió besando sus labios de manera rápida.
— ¿Tú madre no necesita con urgencia esas cosas? — preguntó él menor desviando la mirada hacia el vestido que estaba sobre el sillón.
Yoongi negó.
— Solo recordó ese vestido y lo quiere de vuelta en su armario. — le explicó entre risas.
Taehyung se quedó en silencio unos segundos.
— ¿Podemos quedarnos aquí hoy? — preguntó con timidez.
Yoongi asintió.
— Solo espera a que la lluvia se calme, vamos al pueblo que está a unos diez minutos, compramos algunas cosas y preparo la cena para los dos. — le sonrió acariciando su mejilla.
Taehyung asintió.